domingo, 27 de diciembre de 2020

52 Retos de escritura (y LII): Fin de fiesta

Reto #52: Última semana del año. Haz un relato en el que se intercale una cuenta atrás desde diez.

 

FIN DE FIESTA

 

10

 
Para Orsino, el fin de año se reducía a ver las campanadas en la televisión después de cenar. Era un día normal, salvo por el hecho de que no trabajaba. Al menos, había sido así durante los últimos años, y no había esperado que cambiara nada. Pero ahí estaba en el aeropuerto. Esperando, nervioso como un colegial, a que las pantallas anunciaran su vuelo. El que le llevaría de vuelta a su ciudad natal después de tanto tiempo.

No podía negar que tenía miedo. Incluso con las aseveraciones de la Reina Blanca, y sabía que Eli no iba a mentir con respecto a la seguridad de sus “súbditos”, todavía recordaba lo peligroso que era el viajar allí. La persona que había causado todo, aquel… ente mítico que le había dejado cargar con las culpas de algo que no había cometido, seguía todavía desaparecido. Si no lograban encontrarle, lo más seguro era que volvería a estar en el punto de mira de la mafia. Pero por un momento, aquel día, quería vivir del sueño que le estaban regalando. En unas pocas horas estaría de vuelta en Trieste, en su hogar, y después de tantos años podría volver a comer con sus padres, pedirles perdón y contarles todo lo que había ocurrido hasta entonces. No tenía esperanzas de que aquello pasara con el resto de la que había sido su familia, por supuesto… Pero era suficiente para él. Era algo que pensaba que no volvería a tener jamás.

domingo, 20 de diciembre de 2020

52 Retos de Escritura (LI): Los invitados

Reto #51: Las cenas de Nochebuena pueden ser un horror. Escribe sobre la tortura que padece ese día tu protagonista.

 

LOS INVITADOS

 

—Lamento que este año no hayas podido irte de vacaciones— dijo la madre de Alejandra.

—Es lo que hay.

—¿Crees que estarás bien?

—Si no lo estoy, os dejaré tirados y me iré a casa de Eloisa. ¿Te parece mal?

—No, no, en absoluto. Me parecería lógico. Te diría que lo hicieras ahora que puedes, pero…

La madre de Alejandra lanzó una mirada muy significativa al salón, donde su marido estaba tirado más que sentado en el sofá, viendo algo en la televisión. Una película, suponían, porque ese día no había fútbol. En cualquiera de los casos, era mejor que no contaran con él para hacer nada. Si ella se iba para evitar la cena familiar de Nochebuena, no oiría el final de sus quejas.

domingo, 13 de diciembre de 2020

52 Retos de Escritura (L): Guárdate del mensajero de Viracocha

Reto #50: Crea una historia con un worldbuilding inspirado en las culturas precolombinas.

 

GUÁRDATE DEL MENSAJERO DE VIRACOCHA

 

Killari observó al pequeño grupo alejarse por el camino que viajaba a la capital. En el grupo viajaba su hermano pequeño, pero a aquella distancia, desde la punta de la colina, era incapaz de distinguirle del resto de viajeros. Las ropas nuevas, de una calidad mucho mejor que la de sus prendas habituales, no la ayudaban en absoluto a verle. Tardaría en volver a verle meses. Y cuando volviera a verle, sería la última vez que lo hiciera. Ahora su hermano era más que un simple niño en una aldea rural en Chinchansuyu. Ahora era un elegido para los dioses, y viviría una vida de riquezas hasta el último momento de su vida, que no pasaría de los diez años.

Se suponía que debía mostrarse orgullosa de él, de su hermano. Ser elegido para el qhapaq hucha era un tremendo honor. Sólo los más hermosos y perfectos eran elegidos para ser entregados a los dioses, y eso quería decir que su hermano era el mejor de entre todos los niños. Debería sentirse feliz por él. Pero no podía. Estaba siendo egoísta, desde luego, y sus padres la regañarían si lo dijera, pero ella no quería dar su hermano a los dioses. ¿Por qué debían quedárselo, para empezar? ¿Porque el Capác había tenido un hijo? ¿Por qué debían pagar la vida de un niño con la de ocho más? No lo entendía, no quería entenderlo. Quería que su querido hermano volviera, y que sus padres volvieran a sonreír. El honor no valía nada si no traía felicidad consigo. Y en su casa ya no había felicidad.

domingo, 6 de diciembre de 2020

52 Retos de Escritura (XLIX): Bolas de cristal pintado

Reto #49: Haz una historia en la que haya un árbol de Navidad al que cada día le desaparece un adorno y los dueños tratan de atrapar al culpable.

 

BOLAS DE CRISTAL PINTADO

 

La primera bola que desapareció podría haber pasado desapercibida si no hubiera sido ESA bola. Era parte de un delicado set de seis bolas pintadas a mano que alguien le había traído a su abuela de Alemania. Eran caras, y preciosas, y cinco de ellas se habían roto a lo largo de los años por distintas causas. Esa bola era la última. Cuando desapareció, Eloisa estuvo a punto de tener un ataque. Le exigió a César que le dijera si la había roto o no, y no se convenció de que él no tenía nada que ver hasta que le juró por su espada que él no había tocado la bola ni esta se había roto por su culpa. Pero esto no la calmó en absoluto. Se tiró toda aquella tarde buscando el adorno y, cuando no lo encontró, se fue a la cama llorando amargamente. Sabía que era estúpido tener esa clase de fijación con una simple bola de navidad, pero era un recuerdo de alguien a quien había querido mucho y perderlo la hacía sentirse como si le hubieran arrancado un pedacito de alma.