miércoles, 30 de abril de 2014

Beltane



Vuelvo de entre las sombras (sí, hace tiempo que no posteo) para traeros el tercero de mi serie de cuatro artículos sobre los festivales celtas. Y una vez más coincidiendo más o menos con la fecha adecuada, hablaré del festival de Beltane.



Beltane se celebraba el 1 de mayo, y era la fiesta que indicaba el inicio del verano, una época en la que se llevaba al ganado a los pastos de verano. Durante esta festividad se celebraban rituales con la intención de apaciguar a los aos sí y proteger al ganado y a los cultivos, así como a los hombres. Se creía que los aos sí eran en esta fecha tan activos como lo eran en Samhainn. Esta festividad, mencionada en las obras más antiguas de la literatura irlandesa y fuertemente enlazada con la mitología celta, fue perdiendo fuerza a los largo de los siglos hasta estar casi desaparecido a mediados del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad neo-paganos, wiccanos y otros grupos similares han tomado Beltane como una de sus fiestas primordiales, lo que ha dado lugar a un resurgimiento de la misma.

No hay muchos registros de la celebración de Beltane durante las épocas antiguas, más allá de las palabras del historiador del siglo XVII, Geoffrey Keating, que menciona que en este día se encendían grandes hogueras por toda Irlanda en honor a un dios llamado “Beil”, y que los pastores hacían pasar su ganado entre dos fuegos, de forma que así quedaban protegidos. Particularmente, yo no conozco a ningún dios gaélico con ese nombre, aunque podría ser que nuestro amigo Keating se equivocara con otro, y hay quien dice que el historiador es poco fiable. Pero se han encontrado en Uisneach restos que indican la presencia de grandes hogueras con huesos chamuscados, y teniendo en cuenta que eso se hacía mucho después durante esta festividad, uno tiende a pensar que Keating no estaba tan equivocado como parecía.

De lo que sí quedan registros es de las costumbres que se seguían durante este día en una época mucho más moderna. Como ya hemos dicho, la costumbre de hacer hogueras cuyo fuego era sagrado y de hacer pasar al ganado entre dos fuegos seguía activa en aquella época, y en algunas ocasiones se hacía saltar al ganado por encima de la hoguera, algo que hacían también las personas y que os estará recordando a esa maravillosa costumbre de saltar hogueras durante la noche de San Juan. También en algunos lugares se apagaban los fuegos durante la víspera de Beltane, para encenderlos a la mañana siguiente con los fuegos de la hoguera. Las cenizas de estos fuegos eran luego lanzadas a los campos sembrados.

A mí me recuerda más a una nevada, pero oye...
También era habitual adornar las casas con flores, ya fueran sueltas, en ramos, coronas o cruces. Y no solo las casas, sino también el ganado y las herramientas para ordeñar o hacer mantequilla. Las flores que solían usarse eran prímulas, flores de serbal, de majuelo, de tojo, o caléndulas, ya que al parecer evocaban al fuego.

En Irlanda eran muy populares los “arbustos de mayo”, arbustos que, a la manera de los árboles de Navidad, eran cortados y decorados profusamente con flores, lazos y conchas coloreadas. En las grandes ciudades, los arbustos se traían del campo y cada barriada decoraba el suyo, compitiendo por hacer el más bonito hasta el punto de que algunos robaban los de los otros, lo que a la larga llevaría a su prohibición durante la época victoriana (en serio, ¿qué cojones les pasa a los protestantes con las prohibiciones y las fiestas?). En algunos lugares era costumbre bailar alrededor de ellos, para luego, durante la noche, quemarlos en las hogueras.

Por último, al igual que en el caso de Imbolc, era habitual visitar los pozos sagrados para pedir buena salud y fortuna, dejando ofrendas. Se decía que el primer sorbo de agua durante Beltane era especialmente poderoso. Los visitantes, para evitar problemas con los aos sí, solían llevar hierro o sal, o la ropa puesta del revés, y solían dejar ofrendas en lugares donde se creía que los aos sí se acercaban, a fin de apaciguarlos.

Muchos de estos rituales son similares o iguales a otros que tenían lugar en la antigüedad en el resto de Europa. Sin embargo, con la llegada del cristianismo, la fiesta en toda Europa perdió su motivación religiosa, y se convirtió en el secular “May Day”, o Día de Mayo. La única festividad religiosa con la que coincide es con el día de Santa Walpurga, que fue canonizada en un primer día de mayo. No entraremos mucho en esto porque, además de no estar relacionado con los celtas, Walpurgisnacht merece un artículo para sí sola. A día de hoy, el May Day coincide con una fiesta que me recuerda que mañana no debo salir a la calle ni harta de vino: el Día Internacional del Trabajo. No entraré en disquisiciones sobre este tema, porque no es asunto mío, más allá de que en realidad debería celebrarse el 4 de mayo, ya que lo que conmemora ocurrió ese día, pero que todos los países que tenía el May Day como fiesta lucharon para ponerlo el 1 de mayo. Sinceramente, no me voy a quejar, siendo de Madrid a mí se me queda un puente de primera calidad gracias a la fiesta de mi comunidad autónoma.

Volviendo al tema que nos atañe, y de nuevo en la actualidad, como ya hemos mencionado hay muchos grupos que intentan revivir y celebrar Beltane, y se producen festividades de lo más variado, dependiendo de lo que busquen los participantes. Aquí haré una mención especial al Festival de Fuego de Beltane que se celebra en Edimburgo. Este festival nació en 1988, cuando varios miembros de la Escuela de Estudios Escoceses de la Universidad de Edimburgo, así como coreógrafos, bailarines y músicos, decidieron hacer una celebración de los rituales tradicionales. El festival, que tiene parte narrada y danzada, ha ido creciendo a lo largo de los años hasta convertirse en un espectáculo en el que participan cientos de bailarines. Ya sabéis qué hacer para cuando volváis a tener un puente de mayo bien situado.

Más allá de todo esto, poco podemos decir de Beltane más que el hecho de su similitud con otras festividades similares que tenían lugar ese día en toda Europa, y que han pervivido hasta nuestros tiempos, aunque la inmensa mayoría de las veces no como una fiesta religiosa, como podría ser el caso de los dos anteriores festivales.

Y esto es todo por hoy. Volveremos con la última parte de mi pequeña serie sobre los festivales celtas allá por julio, aunque espero escribir algo más antes de eso.

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