Vuelvo de entre las sombras (sí, hace tiempo que no posteo)
para traeros el tercero de mi serie de cuatro artículos sobre los festivales
celtas. Y una vez más coincidiendo más o menos con la fecha adecuada, hablaré
del festival de Beltane.
Beltane se celebraba el 1 de mayo, y era la fiesta que
indicaba el inicio del verano, una época en la que se llevaba al ganado a los
pastos de verano. Durante esta festividad se celebraban rituales con la
intención de apaciguar a los aos sí y proteger al ganado y a los cultivos, así
como a los hombres. Se creía que los aos sí eran en esta fecha tan activos como
lo eran en Samhainn. Esta festividad, mencionada en las obras más antiguas de
la literatura irlandesa y fuertemente enlazada con la mitología celta, fue
perdiendo fuerza a los largo de los siglos hasta estar casi desaparecido a
mediados del siglo XX. Sin embargo, en la actualidad neo-paganos, wiccanos y
otros grupos similares han tomado Beltane como una de sus fiestas primordiales,
lo que ha dado lugar a un resurgimiento de la misma.
No hay muchos registros de la celebración de Beltane durante
las épocas antiguas, más allá de las palabras del historiador del siglo XVII,
Geoffrey Keating, que menciona que en este día se encendían grandes hogueras
por toda Irlanda en honor a un dios llamado “Beil”, y que los pastores hacían
pasar su ganado entre dos fuegos, de forma que así quedaban protegidos.
Particularmente, yo no conozco a ningún dios gaélico con ese nombre, aunque
podría ser que nuestro amigo Keating se equivocara con otro, y hay quien dice
que el historiador es poco fiable. Pero se han encontrado en Uisneach restos
que indican la presencia de grandes hogueras con huesos chamuscados, y teniendo
en cuenta que eso se hacía mucho después durante esta festividad, uno tiende a
pensar que Keating no estaba tan equivocado como parecía.
De lo que sí quedan registros es de las costumbres que se
seguían durante este día en una época mucho más moderna. Como ya hemos dicho,
la costumbre de hacer hogueras cuyo fuego era sagrado y de hacer pasar al
ganado entre dos fuegos seguía activa en aquella época, y en algunas ocasiones
se hacía saltar al ganado por encima de la hoguera, algo que hacían también las
personas y que os estará recordando a esa maravillosa costumbre de saltar hogueras
durante la noche de San Juan. También en algunos lugares se apagaban los fuegos
durante la víspera de Beltane, para encenderlos a la mañana siguiente con los
fuegos de la hoguera. Las cenizas de estos fuegos eran luego lanzadas a los
campos sembrados.
A mí me recuerda más a una nevada, pero oye... |
También era habitual adornar las casas con flores, ya fueran
sueltas, en ramos, coronas o cruces. Y no solo las casas, sino también el
ganado y las herramientas para ordeñar o hacer mantequilla. Las flores que
solían usarse eran prímulas, flores de serbal, de majuelo, de tojo, o
caléndulas, ya que al parecer evocaban al fuego.
En Irlanda eran muy populares los “arbustos de mayo”,
arbustos que, a la manera de los árboles de Navidad, eran cortados y decorados
profusamente con flores, lazos y conchas coloreadas. En las grandes ciudades,
los arbustos se traían del campo y cada barriada decoraba el suyo, compitiendo
por hacer el más bonito hasta el punto de que algunos robaban los de los otros,
lo que a la larga llevaría a su prohibición durante la época victoriana (en
serio, ¿qué cojones les pasa a los protestantes con las prohibiciones y las
fiestas?). En algunos lugares era costumbre bailar alrededor de ellos, para
luego, durante la noche, quemarlos en las hogueras.
Por último, al igual que en el caso de Imbolc, era habitual
visitar los pozos sagrados para pedir buena salud y fortuna, dejando ofrendas.
Se decía que el primer sorbo de agua durante Beltane era especialmente
poderoso. Los visitantes, para evitar problemas con los aos sí, solían llevar
hierro o sal, o la ropa puesta del revés, y solían dejar ofrendas en lugares
donde se creía que los aos sí se acercaban, a fin de apaciguarlos.
Muchos de estos rituales son similares o iguales a otros que
tenían lugar en la antigüedad en el resto de Europa. Sin embargo, con la
llegada del cristianismo, la fiesta en toda Europa perdió su motivación
religiosa, y se convirtió en el secular “May Day”, o Día de Mayo. La única
festividad religiosa con la que coincide es con el día de Santa Walpurga, que
fue canonizada en un primer día de mayo. No entraremos mucho en esto porque,
además de no estar relacionado con los celtas, Walpurgisnacht merece un
artículo para sí sola. A día de hoy, el May Day coincide con una fiesta que me
recuerda que mañana no debo salir a la calle ni harta de vino: el Día
Internacional del Trabajo. No entraré en disquisiciones sobre este tema, porque
no es asunto mío, más allá de que en realidad debería celebrarse el 4 de mayo,
ya que lo que conmemora ocurrió ese día, pero que todos los países que tenía el
May Day como fiesta lucharon para ponerlo el 1 de mayo. Sinceramente, no me voy
a quejar, siendo de Madrid a mí se me queda un puente de primera calidad
gracias a la fiesta de mi comunidad autónoma.
Volviendo al tema que nos atañe, y de nuevo en la
actualidad, como ya hemos mencionado hay muchos grupos que intentan revivir y
celebrar Beltane, y se producen festividades de lo más variado, dependiendo de
lo que busquen los participantes. Aquí haré una mención especial al Festival de
Fuego de Beltane que se celebra en Edimburgo. Este festival nació en 1988,
cuando varios miembros de la Escuela de Estudios Escoceses de la Universidad de
Edimburgo, así como coreógrafos, bailarines y músicos, decidieron hacer una
celebración de los rituales tradicionales. El festival, que tiene parte narrada
y danzada, ha ido creciendo a lo largo de los años hasta convertirse en un
espectáculo en el que participan cientos de bailarines. Ya sabéis qué hacer
para cuando volváis a tener un puente de mayo bien situado.
Más allá de todo esto, poco podemos decir de Beltane más que
el hecho de su similitud con otras festividades similares que tenían lugar ese
día en toda Europa, y que han pervivido hasta nuestros tiempos, aunque la
inmensa mayoría de las veces no como una fiesta religiosa, como podría ser el
caso de los dos anteriores festivales.
Y esto es todo por hoy. Volveremos con la última parte de mi
pequeña serie sobre los festivales celtas allá por julio, aunque espero
escribir algo más antes de eso.
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