miércoles, 4 de agosto de 2021

Desbarajustes artúricos (III)

O por qué debéis reíros cada vez que alguien se queja de que hagan algo raro como cambiarle el género a algún personaje de la leyenda artúrica.

Bueno, una vez más reaparezco por aquí con más mierdas maravillosas sobre el Rey Arturo y sus caballeros de cuento, porque ya que me he metido de cabeza en este berenjenal, al menos voy a intentar rematar la labor en la medida de lo posible. En el anterior episodio de esta serie (jaja :P) estuve resumiendo las maravillosas historias creadas por Chrétien de Troyes, padre de la novela de caballería y la persona que codificó la leyenda de los caballeros del rey Arturo y al que le debemos sir Lancelot tal y como lo conocemos hoy en día. Pues bien, antes de que acabara de leerme los poemas, mi nueva versión del Mabinogion llegó a casa, así que ese libro se convirtió en mi nueva víctima. Y no sé qué era lo que esperaba, pero os puedo asegurar que estaba muy lejos de coincidir con la realidad. Así que hoy os hablaré de este texto.


Eso sí, antes de meternos de lleno en el ajo artúrico, creo que es mi deber contaros todo lo que hay detrás de este libro. La historia es esta: el Mabinogion como tal es una etiqueta moderna que hace referencia a cuatro historias relacionadas que aparecen en dos manuscritos conocidos como el Libro Blanco de Rhydderch y el Libro Rojo de Hergest. Se piensa que el Libro Blanco de Rhydderch se escribió hacia el 1350, mientras que el Libro Rojo de Hergest es originario del 1382 (ojo cuidao, que hay un Libro Blanco de Hergest, un manuscrito del 1480, que no tiene nada que ver con esta película), y son prácticamente los textos más antiguos existentes de prosa en galés. Ambos son casi iguales (aunque se ha perdido una parte del Libro Blanco de Rhydderch, pero existen dos copias de una copia que están completas) y contienen, además de estas cuatro historias relacionadas, algunos otros relatos, una traducción al galés de ese horror con patas que es el Historia Regum Britanniae del que hablé en el primer artículo sobre la leyenda artúrica, textos históricos, varias tríadas y unos cuantos poemas. Los textos, como ya he dicho, estaban en perfecto galés, y es aquí cuando vamos a empezar a reírnos un rato.

La primera traducción al inglés de estos textos en concreto corrió a cargo de Lady Charlotte Guest, que para ser una dama victoriana llevaba lo de ser una mujer florero bastante mal. Porque, dejando de lado mis más y mis menos con su trabajo, esta tía era algo así como que la repera en moto. Era hija de un conde, pero este diñó cuando ella tenía seis años, y no había pasado ni un año cuando la casa se prendió fuego y tuvo que salir corriendo para salvar la vida. Y aunque su madre se casó una segunda vez y supuestamente tenían ella y sus hermanos todo cubierto, cuando la madre se puso enferma la que tuvo que ponerse las pilas fue ella. Para colmo de desgracias, sus hermanos no eran lo que se dice unos santos, por lo que la mayor parte del tiempo tenía que estar pidiendo disculpas. Entre eso, y que era de las que si tenía una opinión no se callaba ni debajo del agua, digamos que su vida familiar no era lo que se decía feliz. Hasta que decidió mandarlos a todos a la mierda y se casó con John Josiah Guest, un empresario de éxito y Miembro del Parlamento, que además era un tío medio decente. Claro que esto fue un escándalo porque ella era la hija de un noble y él era un plebeyo y todas esas mierdas, pero teniendo en cuenta que follaron como conejos (diez hijos tuvieron, los locos estos), parece que Charlotte estaba a gusto con su marido.

Retrato de Lady Charlotte Guest
Charlotte lo de estar desocupada lo llevaba mal, más bien. Cuando era niña, aprendió latín, griego, francés e italiano del tutor de uno de sus hermanos, y como parecía que no era suficiente, se las arregló para aprender árabe, hebreo y persa por sí sola. Por supuesto, recibió la típica educación que se esperaba de una mujer noble, pero está claro que eso no era suficiente para ella. Así que cuando se casó, dio rienda suelta a toda aquella energía inagotable. Estaba convencida de que era necesario dar una buena educación a las personas, por lo que actuó con su marido para crear escuelas donde los trabajadores de la empresa pudieran educar a sus hijos (también se aseguraron de que las casas de estas personas tuvieran tuberías, lo que en aquella época era rarísimo). De hecho, compaginaba su trabajo en la empresa de su marido traduciendo documentos en francés y actuando como su representante con visitar las escuelas, crear premios para animar a los estudiantes y donar material que pudieran necesitar. De paso que estaba, hizo todos los movimientos posibles para que nombraran baronet a John, quitando de en medio ese problema estúpido sobre que no era de la nobleza. Y como aún así parecía que se aburría, aprendió galés (además de los siete idiomas extra que ya conocía), se hizo amiga de varios eruditos literarios pertenecientes a la Abergavenny Welsh Society, y se dedicó a traducir textos galeses antiguos.

Su marido, por desgracia, la diñó en 1852, y durante varios años Charlotte estuvo controlando su compañía, hasta que se casó en segundas nupcias con Charles Schreiber, un erudito que había sido tutor de su hijo. Esto fue otro escándalo porque, además de ser igual de plebeyo que su primer marido, encima era más joven que ella. Pero a Charlotte esto se la refanfinflaba muchísimo, y de hecho consiguió que su marido fuera también miembro del Parlamento. Pero llegado el momento decidió que lo de estar atada a la tierra no le iba, y como su empresa ahora que se había casado había pasado a uno de los socios de su anterior marido, decidió que a la mierda y se fue de viaje con el nuevo por toda Europa, comenzando una colección de cerámica que luego donaría al Victoria and Albert Museum (el resto de sus colecciones de abanicos, cartas y juegos de mesa irían al Museo Británico). Por desgracia, este marido tampoco le duró, ya que murió en Lisboa en pleno viaje. En cuanto a ella, falleció a la edad de 82 años (¡en aquella época!), rodeada de toda su amante familia.

Lady Charlotte tradujo los textos del Mabinogion y los editó entre los años 1838 y 1845. Los primeros textos fueron los romances artúricos Owain, Peredur y Geraint y Enid, seguidos de Como Culhwch ganó a Olwen, el Sueño de Rhonabwy, las Cuatro Ramas de Mabinogi, El Sueño de Maxen Wledig, Llud y Llefelys y Hanes Taliesin. En realidad, el Hanes Taliesin no forma parte de los textos de los manuscritos de donde sale todo esto, y Lady Charlotte lo añadió porque pensaba que una parte del texto hacía referencia al mismo, por lo que consideró que formaba parte del conjunto de alguna manera. Pero ninguna de las traducciones modernas lo incluyen.

Si os habéis fijado, he hecho referencia a las Cuatro Ramas de Mabinogi. Estos son los relatos relacionados que dan el nombre al conjunto. Cada rama acaba con una frase que viene a decir “y aquí acaba la primera parte de esta historia”, solo que la palabra que aparece no es historia, sino “mabinogi”, que no está muy claro que significa exactamente. Al parecer, uno de los copistas del original patinó e hizo un plural del plural (al parecer, añadiendo “on” se haría el plural, pero “mabinogi” es ya de por sí plural, o eso tengo entendido), y el nombre se volvió popular entre los eruditos que estudiaban estos textos, y de ahí llegó a la publicación de Lady Guest.

Foto de un fragmento del Libro Rojo de Hergest
La cosa es que originalmente la copia que yo cogí fue precisamente la de Lady Guest. Que oye, era la que estaba en el Proyecto Gutemberg y estaba de gratis (como casi todo lo que estoy leyendo, mind you). Pero según empezaba a leer el prólogo, y la tía empezaba a rajar sobre la costumbre de la caballería en España y Portugal y sabe Eilistraee qué otras cosas, mi cerebro comenzó a soltar alarmas como un descosido, así que antes de seguir con el texto, fui a hacer unas consultas. Y entonces vi todos mis temores confirmados, porque aunque Lady Guest era una mujer de armas tomar y alguien que no dejaba que nadie dictara lo que debía hacer, era a fin de cuentas hija de su época. Y más allá de toda la diatriba de historiadora decimonónica, que es algo de lo que no hablaré porque mucho mal ha salido de la forma en que se entendía la historia en el siglo XIX (*mirada intensa a la idea de una “raza aria”*), de lo que sí hablaré es de la censura que la propia Lady Guest impuso a su obra. Al parecer, había pasajes que a la buena dama no la convencían, y por tanto decidió obviarlos. Porque pa’ qué. Así que con un suspiro desesperado, decidí que tenía que buscar otra versión. Comencé a estudiar las que había y opté por la traducción de Sioned Davies.

Por si necesitáis saberlo, Sioned Davies es profesora de galés en la Universidad de Cardiff, y durante una temporada fue la jefa del departamento. Vamos, que no es una nisu, precisamente. Así que al menos podía tener una cierta seguridad de que la traducción que yo tenía sería bastante fiable. Puntos extra porque, en lugar de seguir el orden de Lady Guest, Davies optó por poner el orden original de las obras (que, según explicaba ella en las notas, tenía una razón de ser y por eso debía mantenerse). Con dicha certeza, me puse a leer el libro que… bueno, el libro en sí está genial, pero que a partir de cierta altura me hizo renegar de Geoffrey de Monmouth OTRA VEZ. Para no variar.

No hablaré mucho de ello porque no viene al caso, ya que esto no tiene nada que ver con nuestro tema actual, pero yo tenía ganas de leer el Mabinogion porque era la obra más conocida con mitología galesa. El caso es que yo esperaba relatos de dioses, hadas y demás y… me lo encontré cristianizado. Que yo sabía ya de antemano que Arawn era el rey del Otro Mundo, y esperaba que fuera designado de forma similar, pero no. Aquí lo mencionan como un noble normal y corriente, y lo único que te dicta que es un ente sobrenatural es que aparece después de un gran estruendo, porque los grandes estruendos en la lírica galesa antigua son señal de que te acabas de meter con algo sobrenatural. Debo señalar, eso sí, que durante la segunda rama me encontré con una parte que me resultó curiosa: se habla de una expedición que se realiza a Irlanda para conseguir un caldero que revive a los muertos (los galeses tenían una fuerte obsesión con los calderos, os voy avisando ya), y que acaba como un cristo, muriendo en ella todo el mundo salvo siete personas, entre los cuales se encuentra alguien llamado… Taliesin.

Por si no lo recordáis, este es el argumento de Preiddeu Annwfn, un poema que mencioné que formaba parte del libro de Taliesin, pero que había sido escrito hacia el 900 d.C., unos dos siglos después de la vida del Taliesin verdadero. En dicho poema, es Arturo el que baja con sus guerreros al Otro Mundo para conseguir el dichoso caldero. Lo que queda claro es que aquella historia acabó en la segunda rama de Mabinogi, sin que realmente se sepa qué precede a qué, más allá de que está claro que Irlanda había sustituido al Otro Mundo, porque no te vas a poner a escribir que existe un mundo lleno de hadas cuando estás cristianizando a la gente y esas cosas.

Después de las Cuatro Ramas, el libro salta al primero de los “Tres Romances”, que son relatos que encuentran paralelismo con las obras de Chrétien: Peredur hijo de Efrog (Perceval), La Dama del Pozo (Yvain) y Geraint hijo de Erbin (Erec et Enide), en ese orden. Y aunque pueda parecer que hablar de ellos es absurdo habiendo tocado esta historia antes, os voy advirtiendo que no, que hay diferencias importantes (sobre todo el Peredur/Perceval) que son dignas de mención. Conviene señalar que los otros romances de Chrétien, El Caballero del Carro y Cliges, no tienen contrapartida en el Mabinogion, probablemente porque las fuentes originales de estos dos no fueran galesas, para comenzar. Otra nota a señalar es que entre Peredur y los otros dos están dos piezas que no tienen relación con la leyenda artúrica: El Sueño del Emperador Maxen, y Lludd y Llefelys, aunque mencionaré esta última por motivos que luego serán aparentes.

Tal vez el que está más cambiado de los tres es el de Peredur/Perceval. Para empezar, Peredur no es un nisu, sino el séptimo hijo de Efrog. ¿Por qué es importante? Pues porque Efrog es el nombre galés de la ciudad de York, por lo que esta persona sería, supuestamente, el fundador de la misma. Davies menciona la posibilidad de que Peredur fuera una persona real, del mismo modo que lo era Owain mab Urien. Al parecer, aparece bajo el nombre de Peredur arfau dur (Peredur de las armas de acero) en Y Gododdin, una colección de elegías a los hombres del reino de Gododdin que murieron luchando contra los anglos de Deira y Bernicia en la batalla de Catraeth. De este modo, Peredur/Percival habría entrado en la leyenda del rey Arturo de forma similar a como habrían entrado Urien y Owain, quienes también habían luchado contra los mismos anglos.

Volviendo al poema, el padre y los hermanos de Peredur mueren en batalla y la madre, viendo que está sola con el crío, decide que mejor se da el piro y se esconde en el lugar más recóndito que pueda pillar. Y se las apaña para criarle sin que sepa lo que es ni un caballo ni una espada. Lo único que consigue con eso, al parecer, es que su hijo sea una bestia parda capaz de confundir a una cierva con una cabra y meterla a la fuerza en un corral porque patata. Y aquí empiezan las diferencias porque el grupo de caballeros con el que se encuentra Peredur no son unos tíos random, no, sino que son Gwalchmai (Gawain), Gwair (un personaje que solo aparece en la tradición galesa y por tanto no tiene nombre equivalente que yo sepa) y Owain. Peredur se acerca a ellos y básicamente les interroga sobre todo lo que llevan puesto, etc.. Y en esta versión Owain es un santo y un dechado de paciencia porque contesta todas y cada una de las preguntas de Peredur sin mosquearse. Y el mozo decide que él también quiere ser caballero, y le dice a su madre que se pira, casi causándola un soponcio en el proceso. La buena mujer procede a darle los consejos más raros y rancios que he leído jamás, y allá va Peredur a unirse a la corte de Arturo.

Tenemos un pequeño episodio en el que Peredur sigue los consejos de su madre de forma un tanto… especial, y con ello consigue que un marido abusivo y gilipollas decida perseguirle mientras el buen mozo sigue su camino. La narrativa nos lleva entonces a la corte del rey Arturo, donde un caballero aparece de la nada, engancha la copa que tiene Gwenhwyfar/Ginebra en la mano, se la derraba encima y, no contento con eso, la da un golpe, montando el pollo del siglo como es obvio. Y el tío tiene encima los santos cojones de retar a los caballeros a que vengan a darle una manita de hoxtias. Pero nadie quiere ir porque todos sospechan que si se ha atrevido a hacer semejante mierda es porque es ultrapino. Y es en este maravilloso momento en el que aparece Peredur, diciendo que quiere que el rey Arturo le haga caballero. El problema es que tiene la desgracia de toparse con… ¿lo habéis adivinado? En efecto, con el merluzo de Cai. Que encima se atreve a meterse con el chaval por el aspecto de su caballo y sus armas, el mamón, cuando el tío ni siquiera se está preparando para enfrentarse al tipo que ha insultado ha Gwenhwyfar. Entonces aparece aquí la escena en la que alguien dice que Peredur es un tipo maravilloso que será el mejor de los caballeros, solo que en este caso no es una doncella sino un enano que es huésped de la corte junto con su mujer, también enana. Y Cai no es solo que les pegue, es que les da una paliza a él y a su mujer hasta que caen inconscientes (joder, y creía que lo de Chrétien era malo…)

Peredur, pasando de este comportamiento obviamente villanesco, le insiste a Cai que quiere que Arturo le haga caballero, y Cai le manda, con sus dos cataplines, a pegarse con el tipo que había insultado a Gwenhwyfar. Así que allá va Peredur, que se encuentra con el caballero y lo mata de forma rápida e ignominiosa.

La prosa salta entonces sin más respiro a Owain echándole la peta a Cai porque cómo se le ocurre, que al chaval lo habrá vencido o incluso lo habrá matado, que van a quedar ellos como unos mierdas y, si se da el segundo caso, Cai es el culpable con lo cual es aún peor. Y se va detrás del chaval porque por ahí sí que no pasa. Solo que se encuentra a Peredur vivo, coleando, e intentando desnudar con poco éxito al cadáver. Y como sigue siendo un maldito santo, le enseña a cómo quitar y poner la armadura y le deja las armas que ha ganado en justa lid. Suponemos que es justa. Y le dice que se venga con él para que Arturo le haga caballero, pero Peredur le dice que no irá hasta que se bata en duelo con el “hombre alto” (a.k.a. Cai) que le ha tocado las narices, y que le considere parte de la gente de Arturo. Así que le da a Owain la copa de Gwenhwyfar y se va por su lado, y nuestro querido caballero vuelve a la corte para contar lo que ha pasado. Y aquí viene la parte que ya mencioné la vez anterior de Peredur/Perceval dando de hoxtias a gente y enviándole mensajitos pasivo-agresivos a Cai (creo que es lo que más me divierte de toda esta historia). Y Arturo le echa la bronca a Cai porque, en serio, eres lo peor de lo peor.

Peredur en sus aventuras se encuentra con un hombre que dice ser su tío (así, de random) y que dice que le enseñará a usar sus armas. No, no hay churri que valga aquí. Pero sí está el maravilloso consejo que le da de que si hay algo que le extrañe, que no pregunte hasta que alguien se lo explique. Y sin mucho más, le manda a la aventura, y así llega a otro castillo donde primero le hacen golpear una columna de hierro tres veces con la espada, partiendo la columna y la espada en dos, y arreglándose por una especie de milagro. El jefe entonces le anuncia que a) es la caña, b) solo ha alcanzado dos tercios de su verdadera fuerza (parece un shonen esto) y c) él es también su tío. Y es aquí donde se produce la procesión que ocurre en el castillo del Rey Pescador, con varias diferencias importantes. La primera de ellas es que NO HAY GRAAL. La procesión es tan solo la lanza y la bandeja, no hay copa que valga. La segunda es que todo es bastante más sangriento, porque la lanza no deja de chorrear sangre y en la bandeja llevan la cabeza de un tío, y todo el mundo llora mientras hacen la procesioncita de marras, pero luego todos vuelven a ser tan felices. Y como en el poema de Chrétien, Peredur no pregunta porque oye, le han dado un consejo y a él eso de seguir consejos se le da de puta madre. Así le va.

Davies comenta que lo que cuenta como grial en este caso es la bandeja con la cabeza, para pasar a mencionar cómo la idea del grial como la copa de cristo aparece de forma posterior en la literatura artúrica (aunque comenta que aparece una mención de esto en algo de lo que hablaré con posterioridad).

Volviendo a nuestra historia, Peredur sale de nuevo, y ahora ocurre la escena de encontrarse con la doncella que le echa la peta, mencionándole que su madre ha muerto porque él se ha pirado, solo que aquí no hace mención de nada sobre el Rey Pescador. A lo que hace mención es a que ella es su hermana adoptiva (ajá), que el enano de la corte de Arturo era siervo de su padre (ajá), y que a su marido se lo acaba de cargar un caballero random. Porque patata. A Peredur le sale familia hasta de debajo de las piedras. Total, que Peredur va, le mete una paliza al asesino del marido de esta mujer, les hace casarse (Eilistraee bendita), y manda el enésimo mensajito pasivo-agresivo a Cai. Y cuando el caballero este llega y reproduce el mensaje, Arturo le echa la peta a Cai  AGAIN, pero este como si oyera llover. Y Owain le dice entonces que esto no va a acabar nunca porque ni Peredur va a volver, ni Cai va a acudir al reto. Así que a Arturo se le hinchan los cojones y decide que a la mierda, que ya lo busca él.

Y mientras tanto, Peredur se dedica a salvar doncellas cual caballero de cuento, incluida la mujer con el marido tóxico del principio de esta historia, aunque esta vez se ahorra los mensajitos pasivo-agresivos habituales Lo que nos importa de esta parte es que en un momento dado llega a un sitio donde le dicen que es mejor que no se quede a dormir porque van a ser atacados por las brujas de Caerloyw. Y ojo aquí, que estas brujas no son tu tía de piel verde y verrugas, no, son tías armadas hasta los piños y con armadura. Davies aquí hace una comparativa con Scáthach, la maestra de Cú Chulainn, porque después de que Peredur le de para el pelo a la atacante, esta se compromete a enseñarle a luchar y a montar a caballo, y Peredur accede siempre que deje a esta gente en paz. Y así, Peredur se va a aprender con las brujas. Básicamente, las brujas en las mitologías galesa y celta son como las amazonas griegas.

Tras su entrenamiento, un buen día sale por la mañana de la ermita en la que se está hospedando y ve un cuervo y se pone a pensar en su churri, que no tenemos ni flapa de quién es porque sale de pronto en esta historia, y es aquí donde se produce la escena en la que está en babia y se le acerca la gente de Arturo e intentan pegarle porque patata y salen todos escaldaos. Primero un escudero, seguido de veinticuatro caballeros random y para acabar de rematar la labor, Cai, al que le parte un brazo porque encima va y le insulta. Así que va Gwalchmai, se acerca, y en lugar de hacer el gilipollas, le habla con respeto, así que los dos acaban de amiguitos, y Peredur se presenta ante Arturo que hace yoink y se lo lleva a la corte con él.

Lo que sigue en el relato solo puede ser calificado de plot tumor, teniendo en cuenta que consiste en unas pocas páginas de Peredur enamorándose perdidamente de toda doncella guapa que ve, yéndose a fostiar monstruos y ganar torneos, para acabar liado con una supuesta emperatriz con la que se queda catorce años. Y digo en serio que esto es un plot tumor porque, a parte de ser fácilmente olvidado con posterioridad, es que esto ni siquiera sale mencionado en el romance de Chrétien. Tras estas páginas de cosas inanes pasando, volvemos a la corte de Arturo, que está con Gwalchmai, Owain, un tal Hywel (que parece provenir del fanfic espantoso del de Monmouth), y con Peredur, cuando allí se presenta una tía que es descrita como horrible, que le canta las cuarenta a Peredur por no preguntar sobre la bandeja con la cabeza y la lanza ensangrentada. Luego, sin respirar, les ofrece la típica misión de videojuego de ir a rescatar una doncella. Gwalchmai dice que él se encarga de eso, mientras que Peredur asegura que averiguará que conches pasa con la bandeja y la lanza y toda esa mierda. Pero antes de que puedan partir, aparece un caballero diciendo que Gwalchmai mató a su padre de forma ignominiosa y estafándole.

Durante un rato, la narrativa sigue a Gwalchmai, pero no mucho, dejando en el aire tanto su búsqueda de la doncella como si se cargó o no al padre del caballero. Este es supuestamente el punto en el que Chrétien lo dejó, con gente haciéndole añadidos de forma posterior. Aquí, la historia vuelve de nuevo a Peredur, que de repente se pone a buscar una “Fortaleza de las Maravillas” que está relacionada, supuestamente, con la doncella que le echó la peta delante de Arturo. Tras un par de aventuras aceleradas, por fin encuentra la fortaleza, y en ella se encuentra con un juego de gwyddbwyll, que al parecer es similar al ajedrez. Monta un pollo porque se cabrea y tira el tablero al río, y aparece la dichosa doncella y le abronca de nuevo. La siguiente página consiste en Peredur haciendo cosas que no le molan a la doncella y llevándose broncas por ello, y teniendo que hacer aún más tareas ridículas. Y dando vueltas llega a una fortaleza donde se encuentra con un hombre de cabello cano y cojo y, sorpresa de sorpresas, con Gwalchmai. Porque patata.

Y entonces se presenta un chaval rubio que dice que él es la doncella que le ha estado tocando la moral, y le explica que él es su primo, que la cabeza sobre la bandeja era de otro primo suyo (joder con la familia de este hombre) y que las culpables de la muerte de su primo y de la herida del hombre cojo, que es su tío, eran las brujas de Caerloyw. Sí, las que le han entrenado. Así que se va a pegarse con ellas y las revienta, y aquí se acaba la historia.

Lo que está claro es que, fuera cual fuese la fuente de la que bebían tanto Percival como Peredur, esta estaba incompleta, o debía ser variable teniendo en cuenta que, en origen, las historias del Mabinogion eran una recopilación de tradiciones orales. No me extrañaría, de todas maneras, que varias personas hubieran trabajado también en Peredur, y el resultado hubiera sido este sindiós de novias olvidadas, años pasados gobernando y demás parafernalia. Una cosa que voy a comentar sobre este relato es que hay un momento en el que empiezan a pasar cosas super rápido sin venir a cuento, hasta el punto de que te pierdes y no sabes qué está pasando, por no hablar de que explican cero cosas hasta que se les ocurre la genial idea de hacer lo que sea que se les haya ocurrido. Chrétien era un coñazo con sus discursitos de amor, pero al menos podías seguir lo que estaba haciendo.

Antes de continuar con la parte artúrica, quiero detenerme como he dicho en Lludd y Llefelys. Para no alargarme demasiado, la historia es de dos hermanos que son reyes, y al reino de Lludd le caen tres plagas. La que nos interesa es la segunda plaga, que se trata de un grito horroroso que se escucha todas las vísperas de Mayo (al parecer un día importante llamado Calan Mai que sería el equivalente al Beltane celta). Cuando Lludd va a consultar a Llefelys y este le dice qué causa cada una de las plagas, le cuenta que esta segunda plaga se trata de un dragón, que está luchado contra otro dragón extranjero. Las instrucciones que le dan consisten en averiguar dónde está el centro exacto de la isla, cavar allí un agujero y poner un cántaro lleno de licor, y que se esconda. La idea es que verá a los dos dragones dándose de leches, y cuando estén agotados caerán encima de la tela convertidos en lechoncillos, y entonces se beberán todo el licor, se quedarán piripis y se dormirán, y Lludd lo que tiene que hacer entonces es atarlos con la tela, meterlos en un cofre y enterrarlos en el lugar más poderoso de la isla, y así la plaga desaparecerá. Esta historia hace referencia a la que aparece en el Historia Brittonum sobre los dragones rojo y blanco. Al parecer, tanto esta historia (el enterramiento de los dichosos dragones) como la de Vortigern desenterrándolos formaban parte de un par de Tríadas galesas, así que la historia debe venir de muy antiguo.

Pasado este pequeño inciso, volvemos con nuestros relatos artúricos. El que nos toca ahora es La Dama del Pozo, el equivalente al poema de Yvain del señor Chrétien. El comienzo es más o menos el mismo: están todos en grupo y un caballero, en este caso Cynon hijo de Clydno, les cuenta una historia sobre una fuente (bueno, en este caso un pozo), y una piedra, y cómo tirando el agua sobre la piedra causa un estruendo enorme, y cómo le sale al paso un caballero, que en este caso está cubierto de negro de pies a cabeza, y cómo se fostia con él y pierde. Y tiene lugar la misma conversación en la que Cai trata poco menos que de cobarde a Owain, y Gwenhwyfar le afea la conducta a Cai, y cómo Owain decide largarse por su cuenta y riesgo. En general, las dos piezas son prácticamente paralelas hasta que Lunete/Luned les presenta, porque aquí la condesa se pispa de la estafa de Luned, pero decide hacer la vista gorda.

Un detalle antes de seguir adelante es que Cynon hijo de Clydno es, al igual que Peredur, un nombre que se puede encontrar en Y Gododdin, lo que le pone también en la lista de gente real que acabó asociada a Arturo.

Siguiendo con el tema, aquí cuando Arturo se va con todo su regimiento siguiendo la historia de Cynon, no lo hacen por las jajas, sino porque Arturo está preocupado por Owain, que se ha pirado y nadie lo ha vuelto a ver en TRES PUTOS AÑOS. Así que allá que van, hacen el recorrido y, cuando llaman a la tormenta, aparece el caballero todo cubierto de negro. Cai va a enfrentarse con él y recibe horrenda paliza. El segundo día, Cai repite la experiencia porque al pobrecito no le llegan las luces, y el caballero negro vuelve a barrer el suelo con el. Y aquí la cosa cambia porque el combate en el que Owain y Gwalchmai se dan de hoxtias ocurre justo aquí. La escena es la misma, se lían a mamporros (esta vez por un total de tres días, los pedazo de bestias) y en un momento dado Owain se pispa de que el otro es Gwalchmai, y dice quién es, y tienen la escena enternecedora de decir mutuamente que el otro ha ganado. Lo cierto y verdad es que muchas de las diferencias entre ambas historias se basan más en que los hechos están descolocadoss, y algún que otro detalle, que realmente los cambios y añadidos como los que nos encontramos en Peredur (quiero decir, las brujas saltan bastante a la cara). Lo que sí me gustaría señalar en este caso es que aparece la primera mención de Owain como primo de Gwalchmai, así que en algún punto antes que esto en alguna fuente les relacionaron.

Volviendo a lo que nos ocupa, la historia sigue con la celebración porque se han encontrado con Owain, y la conversación con Gwalchmai sobre que no debe quedarse allí, y que se venga con ellos a la corte y demás. La mujer le da permiso para que se esté tres meses, pero aquí la buena mujer se queda esperando otros tres años hasta que se le hinchan los ovarios y manda a una doncella a recuperar el anillo. Aquí os voy a decir que el Mabinogion es experto en hacer a los personajes mucho más capullos de los que los pudiera hacer Chrétien. El caso es que a partir de este punto es lo mismo: Owain se larga de la corte y empieza a deambular por los montes, comiendo malamente hasta que un buen día se desmaya y es encontrado por una noble que manda a una sirvienta a curarle con un ungüento mágico que la sirvienta gasta alegremente porque Owain está de buen ver. Aquí más o menos es lo mismo porque es la parte en la que, como pago por ayudarle, Owain le quita de en medio el enemigo a esta buena mujer. Las únicas diferencias reales en este caso son que la buena señora no reconoce de entrada a nuestro querido caballero, y que el cabreo por el ungüento es porque le ha costado una pasta. Morgana no aparece mencionada en este relato, así que tendremos que echarle las culpas a Chrétien de ese embolado particular, al parecer.

Por supuesto, la siguiente parte es aquella en la que salva al león que le va a hacer de compañero durante el resto del relato. La serpiente esta vez es una serpiente normal y corriente, no el puñetero dragón por otro nombre que aparece en Chrétien. Y después se encuentra con Luned que ha sido encerrada y que va a ser quemada en la hoguera por los dos sirvientes de la condesa. Aquí de nuevo está el hecho de que Owain no le dice que se trata de él, por lo que Luned no sabe que tiene toda la razón del mundo. Entonces Owain se va a pasar la noche a un sitio cercano, siguiendo las indicaciones de la pobre Luned. Y sí, lo que sigue es la parte del gigante que quiere tener a la hija del tipo que le ha dado alojamiento a nuestro protagonista, y que acaba con el león sacándole las castañas del fuego a Owain porque el pobre está en inferioridad de condiciones. En cuanto esto se soluciona, sale de naja para salvar a Luned justo en el último momento, enfrentándose a los tipos estos que quieren quemarla y siendo socorrido, una vez más, por el león.

Y llegados a este punto, es cuando el relato decide que Owain ya ha hecho suficientes buenas obras, y se va con Luned, hace las paces con su señora esposa y, en lugar de dejarla tirada en el castillo se la lleva a la corte del Rey Arturo. Y aquí habría sido un buen momento para dejar el relato, incluso si ya no tiene lo del enfrentamiento con Gwalchmai porque lo pusieron antes, pero deciden que es buena idea meterle un plot tumor random, y toda la parte de “retraso” antes del duelo con Gwalchmai, es decir, la del castillo con nosecuantas doncellas aparece aquí a modo de epílogo. Solo que aquí no son dos tipos semidemonios los que se pegan con él, sino un tal Opresor Negro (refiriéndose a la ropa, se supone), al cual obviamente derrota. El tipo este salva la vida porque pide clemencia y se compromete a convertir su castillo en un hospicio, y Owain se lleva a las pobres mujeres a la corte del Rey Arturo, y se queda allí hasta que decide volver a su tierra.

¿El león? Desaparece igual de rápido que en la de Chrétien, sin más palabras que “y estuvo con él hasta este momento dado”.

Paro aquí para hacer una mención especial a un detalle que aparece al final del relato, sobre los hombres que sirven a las órdenes de Owain. Se nos dice que son las Trescientas Espadas de Cenferchyn y la Bandada de Cuervos. Davies menciona que “Cenferchyn” significa “descendientes de Cynfarch”, con Cynfarch siendo el abuelo de Owain. Por otro lado, al parecer “cuervo” era una forma en la que se aludía a los guerreros en la lírica galesa antigua, así que básicamente vienen a ser lo mismo: los soldados que estaban bajo su mando. Recordad lo de los cuervos, porque aparecerá más adelante.

Detrás del relato de Owain tenemos Geraint, Hijo de Erbin, que es el equivalente a Erec et Enide en las obras de Chrétien. La verdad es que este es el más parecido de todos, salvo por unas pequeñas diferencias que iré comentando. La historia empieza hablando de un montón de peña que realmente no nos importa, solo para llevarnos al tema de que el Rey Arturo se va a cazar un ciervo, y Gwenhwyfar se queda con Geraint sola en algún punto del bosque descansando. Aparece el enano que les trata a patadas, aparece el caballero que les trata aún más a patadas, y Geraint se va tras el caballero para vengar la afrenta. Llega al pueblo en el que está el castillo del caballero, se refugia con la pareja de nobles a los que han quitado el castillo, se enamora de la hija, participa en el concurso para fostiar al caballero faltón, le revienta, y le envía a pedirle perdón a la reina. Y él se vuelve a la corte de Arturo con la moza todavía hecha una piltrafa para que la reina la vista con uno de sus trajes. Como podéis ver, la cosa no cambia mucho con respecto a la anterior.

Aquí la narrativa vuelve un rato a Arturo para hablarte de cómo caza al ciervo del principio de la historia, y para hablarte de su perro favorito, Cafall. Que para la historia esto no tiene importancia alguna porque lo del ciervo es super secundario, pero que quiero mencionar porque hay una historia con respecto al perro. Davies dice que el nombre original era probablemente Cabal, y que existe una leyenda en Gales de una cierta piedra. Cuando Arturo estaba cazando a Twrch Trwyth (algo de lo que hablaré un poco más adelante, no os preocupéis), su perro dejó una huella impresa en una piedra. Arturo la puso encima de una pila de rocas, no sabemos por qué. Lo que dice la leyenda es que si alguien quita la piedra de donde está, esta vuelve a su sitio de manera misteriosa. La piedra recibe el nombre de Carn Cabal, en referencia al chucho de Arturo..

Centrándonos de nuevo en la historia, pasamos ya a la parte en la que estos dos se casan, y por fin nuestra doncella recibe un nombre: Enid. Aquí hay una pequeña diferencia en que se tiran unos tres años en la corte tan felices hasta que Erbin, el padre de Geraint, tío de Arturo y rey de Cornwall, manda un mensajero diciendo que por favor vuelva, que se tiene que ocupar de su territorio. Antes de continuar, la parte de Erbin siendo tío de Arturo, con lo que convierte a Geraint en su primo, es algo que salió de la mente calenturienta de Geoffrey de Monmouth, así arda en el infierno por todo el daño que ha hecho. Pero bueno, que esta es la parte en la que Geraint se va para su casa con su flamante mujer y un grupo de gente que incluye a Gwalchmai, a Peredur, a Cai y a Bedwir, y a Edern hijo de Nudd, que es el caballero capullo al que ha fostiado. Luego está la parte en la que su padre básicamente abdica y le deja el marrón a él, y los demás caballeros se vuelve a su casa en cuanto todo está asegurado y tranquilo.

Y aquí viene la parte en la que, después de currar como un bellaco para poner todo en orden, comienza a pasar más rato con su mujer hasta el punto de que los nobles comienzan a hablar de él a sus espaldas. Solo que aquí es el padre el que oye los rumores y, en lugar de cantarle las cuarenta al hijo, se va a decirle a la mujer que qué coño pasa. Y la pobre se pilla un estrés del carajo y acaba llorando porque se piensa que todo es culpa suya. Y aquí os voy a mostrar la principal diferencia entre ambos poemas, y es que, aunque Erec era idiota y se cabreó con su mujer por afearle la conducta, con Geraint nos encontramos con que es aún más imbécil y decide, por obra y gracia de vete tú a saber quién, que su mujer le está poniendo los cuernos. Porque patata. Y comienzan el viajecito, solo que el tipo este la pone a ella delante, vete tú a saber por qué, aunque viendo que la obliga a llevar su peor vestido es probablemente para ridiculizarla, el hijo de mil padres matusalénicos. Y aquí viene todas las distintas ocasiones en las que supuestos caballeros deciden atacarlos para matarle a él, violarla a ella y quedarse los caballos, Enid la pobre se vuelve para avisar, y este puto desagradecido de mierda se cabrea con ella, pero obviamente fostia a los otros caballeros.

Con respecto a esta parte, Chrétien siempre deja claro que, aunque Erec se queja de que Enide no cumple sus órdenes, no está cabreado con ella porque a fin de cuentas sabe que lo hace porque se preocupa por él. En este relato, sin embargo, Geraint trata a su mujer siempre con desprecio y pensando que lo hace porque se lo quiere quitar de en medio, a pesar de que… no sé… ¿le está avisando del peligro? Vamos, que a la altura del cuarto episodio de pseudo-caballeros bandidos, quien tiene ganas de que a Geraint le partan la cara es el lector. Pero por lo demás todo es igual: los caballeros tocapelotas, el tipo que le mete una hoxtia que le deja medio grogi, un encontronazo con la corte de Arturo en el que Cai vuelve a mostrar lo gilipollas que es, y el enfrentamiento con los gigantes en el que uno le da un mazazo que lo deja al borde de la vida y la muerte. Y una vez más, llevan a Geraint a un castillo, y el noble del castillo quiere que Enid se cambie de ropa y se ponga a comer con ellos y se líe con él y, cuando ella se niega porque, leche, acaba de ver a su marido diñarla, el tío la arrastra para forzarla a hacer lo que le sale a él de los cojones y llega incluso hasta a pegarla. Y cuando ella grita, Geraint se levanta y sale corriendo espada en mano y se carga al noble. Y es ahora en este puto momento, cuando la ve, que se da cuenta de que estaba siendo un jodido gilipollas y que ella tenía razón. Pero olvídate de que se disculpe. Así que vuelven sobre sus pasos, se encuentran con el tipo que le pegó la hoxtia original, y este les ofrece ir a descansar y recuperarse a la corte de su cuñado.

Y aquí entramos en la parte del plot tumor que mencioné del jardín con las cabezas de caballeros en estacas, solo que en este caso la narrativa hace un mejor trabajo metiéndote en ello (aunque no demasiado, pero hay que respetar el esfuerzo, por poco que sea), y que no hay mujer malvada que ha maldecido al caballero, sino tu típico “yo la tengo más grande”. Y ya está, se vuelven para su casa y todos felices.

Davies comenta que Geraint es una combinación de varias personas históricas, que incluyen a un general bretón de principios del siglo V, un hombre mencionado en Y Gododdin, un rey de Domnonia (lo que hoy en día sería Devon) del siglo VIII, y un rey de Cornwall. Por su parte, el nombre de Erec (el nombre usado por Chrétien) proviene de Guerec, un gobernante de un lugar llamado Bro Weroc, lo que hoy en día sería el territorio que rodea a Vannes, una comuna en la Bretaña francesa. En cuanto a Enid/Enide, nos dice que su nombre proviene de Bro Wened, el nombre de la propia Vannes. Piensa que esta historia provendría de un relato sobre como el fundador de Bro Weroc, Ened, se había casado con la diosa de la tierra, y que en algún punto los bretones cambiaron a Erec por Geraint.

Una vez pasados los tres romances, nos quedan dos relatos artúricos más en el libro. El primero de ellos es “Cómo Culhwch ganó a Olwen”, y apenas uno empieza a leerlo se da cuenta de que es mucho más antiguo que los relatos anteriores. Su narrativa e historia recuerda más a una leyenda o a un cuento de hadas que a un poema, y la forma en la que trata el argumento se asemeja más a otros poemas como Pa gur yv y porthaur?, que ya mencioné en mi anterior artículo sobre este tema. La historia empieza con el nacimiento de Culhwch en una pocilga después de que su madre se haya tirado todo el embarazo retozando por los bosques porque se había vuelto loca. El relato nos deja caer de inmediato que este chico es primo de Arturo, antes de pasar a la típica escena de cuento de hadas que acaba con el rey casado con la madrastra malvada, que en esta historia lo que hace es maldecir al protagonista diciendo que no se casará con ninguna mujer que no sea Olwen hija de Ysbaddaden Bencawr. Y no acaba de decir estas palabras la madrastra, que el chico siente que se ha enamorado de una tía que no conoce de nada. Aceptaremos barco porque estamos hablando de una maldición.

Total, que el padre le dice que se vaya a ver a su primo y le pida que le corte el pelo y le haga el favor a modo de regalo. Al parecer, lo de cortar el pelo era una costumbre galesa que venía a señalar que las dos personas tenían una relación de sangre entre ellos. Así que Culhwch se va a ver a Arturo. Allí se encuentra con Glewlwyd Gafaelfawr, que aquí es el portero de Arturo, a pesar de que este personaje aparece en Pa gur yv y porthaur? Como el portero que le cierra el paso a Arturo. Probablemente la explicación para esto se haya perdido en las nieblas del tiempo. En cualquiera de los casos, Culhwch amenaza a Glewlwyd con que, si no le deja pasar, va a pegar tres gritos que van a arruinar la vida de pobres personas inocentes, así que para ya se va el portero, y Arturo dice que entre. Y tras una conversación, le corta el pelo, le reconoce como primo, y le pregunta si quiere algo, y Culhwch le pide que le consiga a Olwen en nombre de toda su corte.

Lo que sigue a esa invocación es una lista de nombres infernal, muchos de ellos inventados para darle sonoridad al tema porque a fin de cuentas esto originalmente era una tradición oral. Según Davies, la lista fue probablemente creciendo con el tiempo según se iban añadiendo más y más personajes. Al parecer, hay una lista similar pero bastante más corta en Pa gur yv y porthaur? De todos estos nombres nos interesan unos pocos. Vemos en seguida mencionados a Cai y Bedwir, que son de los personajes más importantes de la historia. También vemos mencionado algo más abajo a Taliesin Ben Beird, a Geraint hijo de Erbin, y casi al final de la misma a Gwalchmai. En la sección de damas, a parte de a Gwenhwyfar y su hermana Gwenhwyfach, hay una mención a una mujer llamada Morfudd hija de Urien Rheged. Este detalle es divertido porque Morfudd es supuestamente la hermana gemela de Owain mab Urien, pero este NO está incluido en la lista. De hecho, el padre tampoco está incluido.

Después de toda esta parafernalia Arturo dice que le de algo de tiempo para buscar a la moza, y manda mensajeros a todas partes, pero nadie encuentra nada. Y Culhwch empieza a decir que si se va sin su regalo todos quedarán deshonrados y a Cai, que aquí no llega a los niveles de gilipollez habituales, le dice que venga él a buscar con ellos, hasta que admita que la chica no existe (buena suerte con eso, chato XD). Total, que al final se van siete personas a buscar a esta moza: Culhwch, Cai, Bedwir, Gwalchmai, Cynddylig Gyfarwydd, Gwrhyr Gwalstawd Ieithoedd, y Menw hijo de Teiirgwaedd. Nos pararemos aquí para hablar de unos pocos de estos personajes. Cai, por ejemplo, tiene supuestos poderes místicos, a saber: puede mantener la respiración debajo del agua durante nueve días con sus correspondientes noches, puede mantenerse despierto durante la misma cantidad de días (y teniendo en cuenta que si un ser humano no duerme en tres días se muere, esto sí que es un superpoder), ninguna de las heridas que haga con su espada se dura (eso habla más de su espada, sinceramente), puede cambiar de tamaño según le plazca, y que cualquier cosa que tenga en la mano se mantendrá seca siempre. En cuanto a Bedwir, se menciona que solo hay dos hombres más guapos que él (siendo uno de ellos Arturo), y que a pesar de que es manco puede darle una paliza a quien se le ponga por delante. Gwrhyr por su parte al parecer era una especie de traductor/intérprete, y Menw parece ser un mago, ya que tiene hechizos como hacer invisible a la gente. Y por último, está la parte en la que hablan de Gwalchmai, de que es sobrino de Arturo y que es chupi, pero eso es más de lo de siempre.

Total, que parten de viaje y acaban llegando a una fortaleza. Se encuentran con un pastor que resulta ser el hermano de Ysbaddaden, pero que está mosqueado porque por culpa de su mujer, su hermano le ha arruinado. Total, que le hablan de sus metas y el pastor les advierte de que nadie que haya intentado casarse con Olwen ha salido con vida de allí. Como si eso fuera a detener a un protagonista de este tipo de historias, ¿verdad? Total, que se van a la casa del pastor y entonces descubrimos que lo de la ruina consiste en que Ysbaddaden se ha cargado a veintidós de sus veintitrés hijos. Y de hecho, la mujer del pastor no tiene esperanza de que el último sobreviva. Cai, en una muestra de compasión que rara vez le admitirían en cualquier otro relato, decide hacer que el chico sea su compañero y así poder protegerle. Después de esto, convencen al pastor y su mujer de que avisen a Olwen para que salga de la fortaleza para así hablar con ella.

Así que la llaman, y la buena mujer viene, y Culhwch sabe que es ella, se declara y le pide que vaya con él, y ella le replica que no puede hacer eso, y que le ha dado la palabra a su padre de que no se irá sin avisarle, porque si se casa, Ysbaddaden la va a diñar cual conejo. Pero como está receptiva, le aconseja que, cuando su padre le exija que debe conseguirle algo, debe responderle que lo conseguirá, y que también la conseguirá a ella. Él le promete que hará eso. Así que se van detrás de ella cuando vuelve a casa, y hacen una escabechina con la gente que está guardando la puerta. Luego se van a hablar con Ysbaddaden que les dice que vuelvan al día siguiente. Pero según se están largando, les intenta tirar una lanza envenenada de un total de tres. Bedwir engancha la lanza y se la tira de vuelta, dándole al capullo este, que obviamente no está contento.

A lo largo de otros dos días, les tira las otras dos lanzas de similar manera, con el mismo efecto: la segunda se la devuelve Menw (ozú con el mago) y la tercera se la devuelve el propio Culhwch. Al cuarto día le dicen que haga el puñetero favor, que lo único que va a lograr es hacerse daño. Así que Ysbaddaden comienza a darle a Culhwch una lista de hasta cuarenta tareas que tiene que hacer, No voy a meterme demasiado en ellas, porque la inmensa mayoría van a ser completamente ignoradas por la historia. Al parecer, hay en ellas una mezcla de personas reales mezclados con dioses, y lugares existentes con otros legendarios, probablemente recopilados de un montón de sitios y leyendas distintos. Pero lo que nos importa para esta historia son dos de las tareas: conseguir el caldero de Diwrnach Wyddel y recuperar un peine, una cuchilla y unas tijeras que están enganchados a la piel de Twrch Trwyth. Y de estas dos tareas, la que más importa es la de recuperar el peine, la cuchilla y las tijeras. Tan importante, de hecho, que la inmensa mayoría de las tareas son conseguir cosas para poder cazar a Twrch Trwyth y recuperar los dichosos tesoros.

Antes de seguir con la historia, vamos a hablar un rato de Twrch Trwyth. Si habéis estado atentos cuando estaba hablando de la historia de Geraint, recordaréis que he mencionado una leyenda sobre el perro de Arturo cuando este estaba cazando a Twrch Trwyth, ¿verdad? Y preguntaréis ¿quién demonios es Twrch Trwyth? Pues bien, es un jabalí. O más concretamente, es un rey que fue convertido en un jabalí. Twrch es al parecer “jabalí” en galés, y Trwyth es una mala transcripción de la palabra trwyd, que viene de la gaélica triath, y que viene a significar “rey” o “jabalí”, o al menos eso es lo que dice Davies (y teniendo en cuenta que ella es una tipa que sabe todos estos idiomas, estoy dispuesta a creerla). La caza de Twrch Trwyth es la parte central del relato, y al parecer existía ya como una pieza separada antes de que fuera incluida en esta historia. La caza de un jabalí místico es una temática celta, y si alguien sabe un poquito de su mitología, no tendrá problema en encontrar paralelismos entre Twrch Trwyth y el jabalí de piel venenosa al que dan caza Finn mac Cumail y sus hombres en el ciclo de Fenian.

Volviendo a la historia, lo primero que tenemos es cómo Cai y Bedwir (que durante la mayor parte del relato parece que esté pegados por la cadera) estafan vilmente al gigante Wrnach Gawr para que les deje pasar a su fortaleza, con Cai haciéndose pasar por un afilador de espadas, y cómo pasan a cuchillo a todo quisque antes de llevarse la espada que les han pedido para matar al dichoso jabalí. Hago un aparte en este punto porque aquí es donde finaliza el Libro Blanco de Rhydderch. El resto de la historia, así como el relato restante, proceden del Libro Rojo de Hergest. Total, que estos dos locos se vuelven a la corte para decir que han cumplido su misión.

Tras esto, Arturo engancha a sus hombres para salvar a Mabon hijo de Modron. Para hacer esto, primero liberan a Eidoel hijo de Aer, cuyo rescate no va más allá de un par de parrafos, y luego se dedican a preguntarles a todos los animales que se topan hasta que un salmón les lleva a la prisión donde está Mabon. Cuando los guardias de la prisión dicen que si quieren al hombre este, van a tener que pelear con ellos, Arturo se trae su banda de mercenarios y les meten una paliza, con Cai CARGÁNDOSE LA PARED DE LA PRISIÓN para sacar a la persona que buscaban. Cómo han cambiado las tornas, me dicen. Las tareas que siguen son cosas “menores” que no pasan más allá del par de párrafos, como por ejemplo la captura de los cachorros de Rhymhi (que al parecer es una mujer lobo), cómo uno de los caballeros salva a unas hormigas de morir quemadas y estas recogen unas semillas de lino que Ysbaddaden ha pedido, o cómo Cai le arranca la barba a un tal Dillus Farfog para hacer una correa para atar a un perro, y después de arrancarle la barba se lo carga. Esta última “tarea” es importante porque al final de la misma, Arturo le hace una chanza a Cai y este se mosquea, y abandona a Arturo para siempre jamás (y por tanto, desaparece de la historia). Iba tan bien y la caga como siempre (*sacude la cabeza*)

En este punto es cuando la cosa comienza a ponerse seria. Arturo manda a Menw a asegurarse de que Twrch Trwyth tiene los tesoros que buscan, porque feo sería montar todo el pollo y luego encontrarse con que les habían estafado. Así que nuestro mago molón va para allá y confirma que efectivamente, el bicho tiene los tesoros. Pero en lugar de hacer lo que haría una persona sensata y marcharse a informar, el tío se convierte en pájaro e intenta hacerse con uno de los tesoros. Lo único que consigue con esto es pincharse con la piel del jabalí y envenenarse a sí mismo.


Y mientras todo esto está ocurriendo, Arturo le envía un mensaje al rey de Irlanda para que hagan el favor de enviar el caldero, pero Diwrnach Wyddel se niega, y claro, está Arturo para monsergas, así que se va para allá con toda su gente. Vuelven a intentarlo por las buenas, y otra vez este tipo se niega, así que tiene que pasar: que uno de los hombres de Arturo se lo carga, y que Bedwir (este sigue aquí el pobre) engancha el caldero y se lo da a un sirviente para que se encargue de él. Aparecen entonces los soldados del rey de Irlanda, porque qué es esto de andarse cargando a la gente. Pero al final los irlandeses salen de naja porque les están dando la paliza del siglo, y ven cómo Arturo y su gente se largan con el caldero y un montón de tesoros,

A partir de aquí, comienza de verdad la caza de Twrch Trwyth. Arturo comienza reuniendo a un montón de gente con sus perros de caza y sus caballos, y toda la parafernalia. La caza durante el primer y el segundo día no van precisamente bien, y al tercer es el propio Arturo el que se planta delante del gorrino y sus cachorros (porque el bicho no va él solo, no, va acompañado de sus siete jabatos), y se fostia con ellos durante nueve días con sus noches. En ese periodo de tiempo, solo logra cargarse a uno de los jabatos. Tras está victoria pírrica, decide enviar a Gwrhyr Gwalstawd Ieithoedd a negociar con Twrch Trwyth, pero no solo no consigue convencerle, sino que además se va con todos sus jabatos a arrasar la tierra de Arturo, matando a un montón de gente en el proceso. Sin embargo, tampoco son todo destrozos por parte de la prole del jabalí, porque a costa de muchas vidas, los hombres de Arturo consiguen cargarse a cinco de los jabatos que le quedan.

Arturo está un tanto hasta los baudios, así que decide que se acabó correr detrás del dichoso jabalí, y que se va a fostiar con él por su propia cuenta. Lo atrae a un estuario donde tiene montada una emboscada, y lo logran atrapar durante un tiempo al cogerle de las patas e inundar el estuario. Consiguen coger dos de las tres cosas que tienen que quitarle, pero cuando van a por la tercera, el jabalí logra recuperarse y sale de naja, con toda esta gente persiguiéndole hasta Cornwall. Allí todavía la monta antes de que Arturo y los suyos consiguen quitarle el tesoro que le quedaba encima. Una vez conseguido, Arturo le expulsa de Cornwall y Twrch Trwyth se tira al mar y nunca se sabe más de él.

Una vez acabado este episodio, la historia incluye una aventura más que no estaba incluída entre las tareas de Ysbaddaden, y que consiste en conseguir la sangre de una bruja. Una vez logrado esto, Culhwch, que había desaparecido por completo del cuento, se va con un montón de gente que le tiene unas ganas tremendas a Ysbaddaden, y le afeitan tal y como él había pedido, y Culhwch le dice que si le da ya su hija. Ysbaddaden replica que sí, y que le de las gracias a Arturo porque si no hubiera sido por él no habría conseguido absolutamente nada. Luego, una de las personas que habían ido allí decapita al gigante, y Culhwch se casa y se acuesta con Olwen, y viven juntos los dos muy felices.

Una de las cosas que menciona Davies es que el relato está lleno a rebosar de inconsistencias, como por ejemplo que se diga que el rey Arturo no tenga hijos, para luego mencionar un nombre diciendo que es su hijo, o sobre Ysbaddaden mencionando que tiene poder sobre Arturo cuando está claro que esto no es así, o la última tarea que no estaba mencionada entre las demás. Tengo la sospecha de que a lo largo de los años, los distintos narradores fueron añadiendo distintas pruebas provenientes de otras leyendas/relatos, y acabó con este batiburrillo. Davies indica que es posible que este relato se escribiera por primera vez en el sudeste de Gales, en Carmathen, en la primera mitad del siglo XII, lo cual lo relacionaría más con poemas galeses tempranos que con nada de lo que escribiera Geoffrey de Monmouth, así arda en el infierno (de hecho, encuentro refrescante el hecho de que Davies se ría en la cara de este tipo)

La última de las historias, que solo está en el Libro Rojo de Hergest, es El Sueño de Rhonawby. Curiosamente, la historia comienza hablando de cosas históricas, en concreto del reino de Powys (otro reino enano en los que estaba dividida la isla de Gran Bretaña) mientras estaba siendo gobernado por Madog hijo de Maredudd. Hay una movida con su hermano Iorweth, pero no es algo que sea demasiado iimportante para nuestro relato más allá de que es la causa directa de que nuestro protagonista, Rhonawby, esté dando vueltas por ahí. Ahora, tened en cuenta de que mientras que Madog e Iorweth son personajes históricos, Rhonawby no lo es.

El caso es que este chaval llega una aldehuela random y llega a una casa con una descripción tal que creo que nadie querría quedarse a dormir, pero en ella hay una piel de buey de color amarillo. Davies comenta que para los irlandeses, dormir en una piel de buey traía sueños proféticos. El caso es que Rhonawby y sus compañeros pasan la noche allí, y nuestro protagonista se duerme sobre la piel de buey porque tiene mejor pinta que los catres de paja sin paja y con cientos de chinches y pulgas en los que se han acostado sus compañeros. Y entonces es cuando empieza el sueño.

Lo primero que pasa es que se encuentra con un caballero vestido con posiblemente la combinación más hortera de colores posible. Al parecer, la descripción sigue una fórmula tradicional para este tipo de relatos. La gente con la que nuestro protagonista se va a ir encontrando es gente que aparece mencionada en otros lugares relacionados con Arturo. Por ejemplo, el caballero con el que se topa primero es Iddog hijo de Mynio, un tipo que aparece mencionado en una tríada del siglo XV como aquel que lió toda la movida entre Arthur y Medraud/Mordred. Después se encuentra con varias personas mencionadas en la lista infernal que se encontraba en Cómo Culhwch ganó a Olwen, e incluso un personaje del Hanes Taliesin.

Iddog les lleva a ver a Arturo, que aquí sale mencionado como emperador, y básicamente trata a Rhowanby y a sus colegas de inútiles, lamentando que gente como esta sea la que defienda Gran Bretaña. Después siguen pequeños capítulos de cosas raras pasando con tipos que Iddog va nombrando como miembros de la corte de Arturo, y que tampoco tienen demasiada importancia, más allá de dejar caer que toda esta gente se está dirigiendo a la batalla de Badon (recordad que esta batalla es histórica, pero que la gente se la achaca a Arturo). Así que marchan para alla, con Rhonawby montado detrás de Idogg, y sigue apareciendo más y más gente, y ocurren cosas sin ton ni son, como que se monte un poco porque Cai aparece cablagando y haya un pollo porque hay un tío que se acerca porque quiere verlo y otro que se retira porque no quiere que el caballo le pise.

El caso es que cuando Arturo está ya preparado para la batalla, con toda su armadura, sus armas, y toda la parafernalia, se sienta en su manto llamado Gwen (tojtojtoj) y le dice a Owain mab Urien, que estaba por allí, que si quiere jugar una partida de gwyddbwyll, un juego parecido al ajedrez. Durante la partida, aparece un mensajero para avisar a Owain de que los hombres de Arturo están atacando a los cuervos de Owain. Y aquí hay que tener ojo porque, como he mencionado antes, “cuervo” es una metáfora para los soldados (y sobre todo los soldados relacionados con Owain mab Urien), pero en este relato, los soldados de Owain son literalmente cuervos. El caso es que Owain le pide a Arturo que haga el favor de detener a sus hombres, pero este le ignora y le dice que sigan con la partida. Esto ocurre hasta un total de tres veces, y a la tercera, Owain da instrucciones de que alcen un estandarte. A partir de ese momento, la pelea da la vuelta, y un mensajero viene a avisar a Arturo de que los cuervos están haciendo trizas a sus soldados. Owain le devuelve la papeleta a Arturo hasta que, al tercer mensaje, este se cabrea y hace un ragequit cargándose las piezas del juego. Owain manda entonces que quiten el estandarte, y todo vuelve a la normalidad.

A partir de aquí es toda una lista de gente que es nombrada tan solo de pasada y con las escusas más ínfimas, como que sus enemigos vienen a pedirle una tregua y tienen que reunirse para consultar si es buena idea o no, o que un grupo de bardos viene a cantar un poema que nadie entiende salvo una persona, hasta que al final aceptan la tregua. Y tras Cai soltando una frase random, Rhowanby se despierta y descubre que ha estado durmiendo encima de la piel de buey durante tres días y tres noches.

El Sueño de Rhowanby es diferente en muchos sentidos al resto de los relatos en el Mabinogion. Para empezar, en el Libro Rojo de Hergest este relato no está agrupado con el resto de historias que aparecen en el Mabinogion, sino que se encontraba junto con una serie de textos proféticos y el relato de los Siete Sabios (recordad que, además de los relatos, ambos el Libro Blanco de Rhydderch y el Libro Rojo de Hergest contenían muchas otras cosas). Luego está el hecho de que se cree que este relato nunca existió como tradición oral, a diferencia de los otros. Se tiene en cuenta para esta teoría la última línea del relato, que habla de que nadie conoce la historia sin tener un libro. Y para acabar, se trata de una sátira, que parodia tanto las técnicas de escritura de la época, lo que explicaría las chorrocientas descripciones formulaicas de los tíos que vienen sin ton ni son y con argumento cero, como el mito artúrico.

Y con esto, podemos dar por zanjado el tema del Mabinogion. Por si queréis saberlo, sí, me leí el Hanes Taliesin, pero tiene cero relación con el Rey Arturo, así que voy a saltármelo alegremente.

A la hora de la verdad, el Mabinogion no tuvo un especial impacto en la leyenda artúrica, puesto que la inmensa mayoría de los relatos son recopilaciones de historias creadas anteriormente, y los manuscritos que lo contienen son posteriores al Ciclo de la Vulgata. Pero sí que es importante en el ambiente en el que su traducción al inglés se publicó por primera vez. Los trabajos de Lady Guest, la traductora original, se empezaron a publicar al mismo tiempo que el poema de La Dama de Shalott, escrita por Alfred Tennyson y que está considerada la pieza que llevó a un nuevo interés por la leyenda artúrica, interés que empezó en el siglo XIX, y que se ampliaría y extendería a lo largo del siglo XX y hasta nuestros días gracias a libros, películas, series y videojuegos. Es muy probable que ambas obras, así como las posteriores durante el siglo XIX, llevaran a la fama (e infamia) actual de la leyenda artúrica. Y a chorradas como los intentos de hacer historias “fidedignas” sobre el rey Arturo. Menos mal que ya se me ha quitado la tontería.

Supongo que intentaré escribir más artículos sobre este tema, ya que al parecer algunas personas tienen interés en él. Sólo espero que los siguientes no sean tan monstruosos como este y el anterior (*mira al contador de palabras, mira a los libros de la Vulgata, empieza a soltar una risita histérica*). Hasta entonces, ya sabéis, dejad algún comentario para que sepa que estáis vivos, y si queréis que hable de algo, no tenéis más que decírmelo. ¡Hasta la próxima!

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