domingo, 26 de mayo de 2019

De ángeles, jerarquías, y teólogos locos.


Hola de nuevo por estos lares. Ya, ya sé que llevo la hueva sin actualizar. Sí, también sé que llego tarde a mi post anual del Día del Orgullo Friki, Día de la Toalla y Glorioso 25 de Mayo. Creedme, lo de ponerse a estudiar una carrera a estas alturas de la feria cuando encima tienes que atender a todas las cosas que se supone que tienes que hacer como adulto miembro de la sociedad y encima meterte de cabeza en un curso para desempleados no es lo que se dice una cosa sencilla. Y bueno, ayer fue sábado y los sábados son días movidos. En cualquier caso, como he abandonado Facebook y nadie ha dicho nada en Twitter de lo que quería que hablara, hoy voy a secuestrar el artículo para hablar de la jerarquía de los ángeles según el cristianismo/catolicismo. Que Eilistraee nos pille confesados a todos.


Lo primero que voy a anotar, antes de meterme en todo este berenjenal, es que tengo que especificar que es la jerarquía cristiana porque los judios y los islamistas tienen sus propias jerarquías. De las que podría hablar, seguramente, pero que me llevaría un tiempo del que no estoy segura que dispongo, y porque sería una paliza (¿o tengo que recordaros lo que pasó el año pasado con el artículo sobre los dragones?). El problema principal es que los judíos tienen cinco jerarquías distintas, provenientes de diferentes textos, todos ellos relacionados con la kabbalah, que es otra cosa que daría para escribir hasta que se cayera el mundo, y eso que yo solo llego a la capa más externa del tema. Por su parte, aunque en el Islam no tienen una jerarquía nombrada como tal, sí se reconoce que debe haber un tipo de orden entre los ángeles atendiendo a las tareas que realizan para Alá. Como podéis ver, la cosa es enrevesada y da para mucho más de lo que estoy dispuesta a hablar hoy, así que de vuelta a lo que íbamos a hablar, que es el tema de los cristianos.

Que digo cristianos, pero esta gilipollez suena a algo típico de los ortodoxos y los católicos que los protestantes probablemente no podían ni ver, y algún día alguien tendrá que explicarles a los no cristianos que las distintas sectas tenemos muchas más diferencias de las que parece. Pero volviendo a lo que nos ocupa.

Icono ortodoxo con los nueve tipos de ángeles
La angeología (palabra que se usa para hablar de la jerarquía de los angeles) cristiana se basa en un escrito de un teólogo bizantino del siglo V y VI al que se denomina como Pseudo Dionisio Areopagita. En realidad, no se conoce su verdadero nombre, y durante siglos se consideró que las obras de este autor anónimo pertenecían en realidad a Dionisio Areopagita, un santo y mártir del siglo I, colega de San Pablo, que fue el obispo de Atenas. Ya en el siglo VI un obispo oriental/ortodoxo consideraba que las obras eran apócrifas, pero nadie llegó a plantearse el problema hasta el siglo XVI, que fue cuando decidieron llamar a este tipo Pseudo Dionisio. Que no es la primera vez que este tipo de mierdas ocurre, pero me da pena el pobre hombre que se quedó sin sus obras, y cuando las recuperó con lo que se quedó fue sin su nombre. En cualquier caso, el texto de este Pseudo Dionisio en el que se recoge todo el tema de la jerarquía angelical es De Coelesti Hierarchia (que vendría a significar “de la jerarquía celestial”). Al parecer el texto original estaba escrito en griego, y es de mucha importancia para los ortodoxos (recordemos que el escritor de esto era bizantino).

Puestos a ello, esto podría haber pasado a ser uno de esos textos que solo siguen los ortodoxos porque pa qué, pero resulta que el texto tuvo repercusión en otra obra teológica que fue de mucha importancia para los católicos: El Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino. Que claro, es un tío que la lió muy parda, y por lo tanto sus escritos eran conocidos y estudiados entre la gente que se dedicaba a la teología. Así que básicamente estos dos textos dejaron sellada la angeología para católicos y ortodoxos para siempre jamás.

Ambos textos indican que hay nueve tipos de ángeles, divididos en tres esferas o niveles llamados jerarquías. Esto choca bastante con los diez niveles de ángeles que aparecen en los distintos libros judios sobre el tema, pero a esas alturas de la feria los cristianos se habían separado mucho de su religión base. Volviendo a esto, la primera jerarquía, la más cercana a Dios, está formada por los serafines, los querubines y los tronos. La segunda jerarquía está formada por las dominaciones, las virtudes y las potestades, mientras que la tercera y más baja está formada por los ángeles, los arcángeles y los principados. La mayoría de los nombres de estas “clases” provienen de los escritos del papa Gregorio I, un tipo que vivió entre el siglo VI y el VII, y que está admitido como santo por ortodoxos, católicos, luteranos y calvinistas. Al parecer, lo de que aceptara el puesto a regañadientes y se dedicara a darle toda donación que recibía a los pobres le hicieron extremadamente popular. Pero volviendo a lo que nos ocupa, al parecer no se sacó todos los nombres de la chorra. Así que tendréis que disculparme un rato mientras me voy a por la biblia familiar a certificar las citas y ver lo que dicen, para analizar a estos individuos uno detrás de otro.

Voy a hacer al revés de todo el mundo, y voy a ir de abajo a arriba, porque la casa no se construye por el tejado si no eres un arquitecto de la puta hoxtia, y aún así necesitas un pilón central para empezar a colgar los pisos.

Ilustración de Gustave Doré de los coros angelicales
El nivel más bajo de todo son los ángeles, o malakhim en hebreo. Al parecer, la palabra “ángel” proviene del griego y significa “enviado” o “mensajero”, probablemente relacionado con que los malakhim en las jerarquías judías son los mensajeros de Dios a los hombres (a todo esto, aquí son los de nivel más bajo, pero en las jerarquías judías, aunque son de un orden bajo, no son el más bajo nunca). Los ángeles tienen distintos trabajos y funciones, y son los que tienen una mayor relación y preocupación por los seres humanos, desde un punto individual. Hay que apuntar que la imagen que tenemos de los ángeles no se estableció hasta el periodo comprendido entre el siglo III y el V. Si uno lee la Biblia, se encuentra con que la descripción que se hace de ellos es que tienen un aspecto que acojona al que lo ve, pero lo de pintar aberraciones lovecraftianas es algo relativamente moderno, así que lo dejaron en humanos con alas. Y aunque la imaginería me gusta bastante, tengo que admitir que los ángeles, de existir, serán posiblemente más parecidos a las aberraciones lovecraftianas que he mencionado antes.

El siguiente nivel son los arcángeles, que según la angeología son los jefes de administración de los seres celestiales, y se les envía para atender temas de gran importancia para la humanidad. Vamos, un mensajero con ínfulas, y por tanto no muy diferente a un ángel. Dependiendo de si eres ortodoxo, católico, o de qué facción protestante, tus arcángeles son unos u otros. Los tres que están en absolutamente todas las listas son Gabriel, Miguel y Rafael. Los católicos no hacen añadidos porque para qué, mientras que los ortodoxos incluyen a Uriel, Jegudiel, Sealtiel y Baraquiel y a veces se incluye a Jerahmeel, mientras que los ortodoxos etíopes (es una muy larga historia) tienen a Phanuel, Raguel y Remiel. Los coptos tienen a Uriel de nuevo, además de Zedekiel, Seratiel y Ananiel. Los anglicanos, además de a los tres habituales y a Uriel, tienen a Camael, Jofiel y Zadkiel, que es el mismo que Zedekiel. El resto de los protestantes tienen sus propias teorías, ideas y demás. Si me preguntáis por Azrael, porque seguro que preguntaréis, proviene del Islam, que tiene su propio set de gente que ahora mismo no nos interesa demasiado.

Os preguntaréis de donde salen estos nombres, por supuesto. Pues aquí viene la parte divertida: Gabriel, Miguel y Rafael son mencionados junto con ángel llamado Sariel en el capítulo 9 del libro de Enoch. Y aquí es cuando empiezan los malabares. Miguel, Gabriel y Rafael aparecen en otros libros, pero Sariel no. Miguel y Gabriel aparecen en el libro de Daniel, y Rafael en el libro de Tobías. En el caso de los primeros, Miguel es definido como un “príncipe”, aunque probablemente no se estaba usando esta palabra con el significado que nosotros le damos sino como “principal”. En pocas palabras, era una especie de jefe. Cuando vemos la palabra arcángel en la Biblia es mucho más adelante, específicamente en una de las epístolas de San Pablo (a San Judas, de hecho, que es el penúltimo libro, justo antes de Apocalipsis), y en referencia a Miguel. De hecho, el prefijo arch- implica “jefe de” o significados similares. Sin embargo, esto no se planteaba originalmente para Gabriel ni Rafael, pero como eran personajes con nombre, se les aplicó la plantilla. Pero, ¿y qué pasa con Sariel? Como veis, no aparece en la lista de arriba… porque en algún punto de la historia, alguien lo cambió por Uriel. El nombre de Uriel proviene de uno de los libros apócrifos, el 2 Esdras, que está incluido en algunas biblias. Gregorio I lo confundió con Phanuel, que como veis es uno de los que está en la lista de los ortodoxos etíopes. En cuanto a los demás de la lista… (*toma aire*)

San Rafael por Bartolomé Murillo
Selatiel y Jerahmeel, aparecen en 2 Esdras, mientras que Barachiel aparece en 3 Enoch. Jegudiel, por su parte, aparece de la nada y es una tradición principalmente ortodoxa, sin saber de dónde viene el nombre realmente. Phanuel, Raguel y Remiel provienen del 1 Enoch, pero con una pequeña gracia: de los tres, Remiel/Ramiel es uno de los ángeles caídos que se lía con mujeres humanas y engendra a los nephilim, por lo cual no debería estar en la lista, pero eh, esto ya es confuso de por sí. Exactamente el mismo problema tiene Ananiel, de los coptos. Seratiel es similar a Jegudiel en que no aparece mencionado en ningún libro, sea canónico o apócrifo, y Zedekiel/Zadkiel proviene de las jerarquías judías… solo que ahí es una dominación. Vamos, que le han bajado de rango al pobre. En cuanto a Camael y Jofiel, los últimos de esta lista, vienen de la kabbalah judía y del Corpus Areopagiticum, obra de nuestro amigo Pseudo Dionisio (que estaba claro que estaba metido en mierdas muy raras).

Y a partir de aquí todo el sindiós de nombres se acaba porque, por algún motivo que nadie sabe realmente, los demás solo interesan para dar una jerarquía, y para hacer algún comentario por el lateral.

El otro rango de la tercera esfera son los principados. Básicamente, mientras que los ángeles se preocupan de los humanos como individuos, estos se preocupan de los humanos… en grupos grandes. En concreto, se preocupan de los reinos y las organizaciones. Se encargan de llevar mensajes desde las esferas más altas a la más baja, y dan órdenes al resto de pringados para que hagan su trabajo. ¿Cómo se les diferencia de los demás? Pues al parecer porque llevan una corona y un cetro. No son cantosos ni nada, los colegas.

Y ahora pasamos a la segunda esfera, o nivel o coro como a veces se le llama. Mientras que la tercera son todos los ángeles que tratan con los humanos, la segunda son los que se encargan de gobernar a los ángeles y a la creación así en general. Las potestades son los ángeles encargados de los movimientos de los astros (así que, básicamente, la gravedad ;P). Pero curiosamente son también soldados y guerreros que se dedican a enfrentarse a espíritus malignos que quieren hacer uso de la materia del universo. Porque controlar el movimiento de miles de trillones de estrellas ya lo hace la gravedad, así que se pueden encargar de su verdadera pasión que es pegar a gentuza. Supongo.

Mosaicos de la iglesia de San Juan en Warminster
Las virtudes, por su parte, son las que se encargan de manifestar los signos, portentos y milagros varios. No hay mucho más a parte de que queráis una comparativa con algo, en cuyo caso me tendré que poner a hablar de por qué hay gente que puede ver caras en la pared y el artículo no va de eso precisamente.

Para cerrar esta esfera, tenemos a las dominaciones, que son las que se encargan de controlar dar órdenes a los ángeles de la esfera inferior. Curiosamente, estos también tienen su descripción, que consiste en “igual que un ángel, pero con un orbe de luz en la cabeza del centro o el pomo de la espada”. Lo cual me lleva a pensar que Pseudo Dionisio no tenía mucha idea de por qué estaba metiendo tanta gente en este embolado.

Y ahora que hemos llegado a este punto, decir que los nombres de los últimos cuatro rangos parecen provenir de una frase en la epístola de San Pablo a los Efesios. Si me permitís una cita, rápida, la cosa dice así: “[…] que Él ejerció en Cristo, resucitándole de entre los muertos y sentándole a su diestra en los cielos, por encima de todo principado, potestad, poder y dominación y de todo cuanto tiene nombre […]”. ¿Os suenan de algo esas palabrejas? Y si no encontráis las virtudes es porque alguien que yo me sé decidió que la palabra griega dynamis lo que quería decir en lugar de fuerza o poder era virtud. Que esa es otra, cuando he leído ese texto en mi cabeza pensaba que se refería a cualquier tipo de poder de corte físico/material, pero el Pseudo Dionisio este debió de pensar que en realidad estaba hablando de la corte celestial y… la cagamos, Maria Antonia.

Y con esas, saltamos a la primera esfera, donde están los ángeles que sirven a Dios así de forma directa en plan mayordomo. Y aquí también hay un poco de lío, porque aunque dos de ellos están también en las jerarquías judias y tienen unas descripciones que está claro de dónde vienen, el otro tiene un poco de controversia, porque aunque algunos piensan que es un paralelo con otro miembro de las jerarquías judías, otros dicen que no hay comparación posible. De hecho, esta clase es de la que voy a hablar ahora, los tronos. Los tronos aparecen mencionados en la Epístola a los Colosenses, en una situación muy similar a la cita de Judas ahí arriba. Muchos dicen que tiene un paralelismo con los ofanim, que aparecen mencionados como “ruedas” en Daniel, y que están descritas en Ezequiel como ruedas dentro de ruedas a lo largo de todo el borde, y que se mueven junto con los querubines. Sin embargo, otros dicen que no hay relación alguna, y los tronos a veces son descritos como hombres ancianos de gran sabiduría, lo cual me parece de un soso que te cagas. En cualquier caso, son los signos vivientes de la justicia y autoridad de Dios.

Querubín tetramorfo en un icono ortodoxo
Los siguientes son los querubines. Que se parecen a los que aparecen en los cuadros y murales del renacimiento en adelante lo que un huevo a una castaña. En realidad, el nombre de los bebés rechonchos pintados, con alitas o sin ellas, es putti. Porque si tenemos que fiarnos de la descripción que se hace de ellos en Ezequiel, es que son una especie de humanoide con cuatro cabezas, una de humano, otra de buey, otra de león y otra de águila, pegados a cuatro alas, dos de las cuales cubren el cuerpo mientras las otras dos están extendidas. Todo el cuerpo está cubierto de ojos y están envueltos en llamas. Estos encantadores bichejos son los que guardan el Árbol de la Vida y el trono de Dios. Y probablemente los causantes de todas las pesadillas del universo. Si es que no son los serafines los que las causan, mind you.

Los serafines son la parte más alta de la jerarquía, que solo se dedican a revolotear alrededor de Dios y a cantarle sus alabanzas. En realidad, la palabra saraph no aparece usada para referirse a una criatura celestial hasta Isaías, aunque sí aparece en Números y Deuteronomio… para referirse a serpientes. Es de hecho Isaías el que describe a los serafines como criaturas con seis alas. Dos de ellas las usan para taparse la cara, otras dos para taparse los pies, y las otras dos para volar. Los judíos en realidad no consideran que los serafines sean realmente ángeles, a pesar de que están incluidos en su jerarquía celestial desde el Mishneh Torah. Pero bueno, también es cierto que eso es posterior incluso a Pseudo Dionisio, así que por el momento les creeré. El caso es que a lo largo de los siglos, a base de traducciones… poco fiables, interpretaciones extrañas y demás, estos ángeles que no son ángeles se convirtieron de alguna manera en seres de luz pura. Porque sí.

Como habréis visto, el tema de la jerarquía angelical es más una cuestión de gente intentando buscarle los tres pies al gato, teniendo ideas muy raras y con una cierta carencia de creatividad, tanto como para tener solo variaciones de la misma figura. En mi conocimiento, la Iglesia católica pasa mucho de esto, y en general los protestantes miran este tipo de cosas con una ceja levantada. Más allá del tema de los arcángeles, casi todo el mundo pasa de esto… salvo la gente que escribe comics y manga, que por alguna razón le ha cogido el gusto a esto de las jerarquías angelicales y demoniacas y usan esto. Aunque es más habitual, curiosamente, ver la jerarquía demoniaca. Supongo que este tipo de ideas siempre resultan atractivas a la gente, sobre todo si puedes jugar con ellas de alguna manera.

Ilustración de serafines rodeando el trono divino del Petite Heures de Jean de Berry

En cualquiera de los casos, esto es todo por hoy. Yo volveré a mi vida de estudios e intentos de conseguir un trabajo, mientras intento no morirme mucho del asco. Para cualquier duda, interesarse por mi vida y demás, está la sección de comentarios por un lado y mi twitter por otro, por si a alguien le interesa hablar de cosas raras. Mientras tanto, larga y próspera vida (*recibe un ladrillazo*)

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