viernes, 31 de enero de 2014

Imbolc



Hace unos meses hablé de Halloween y de sus orígenes relacionados con el festival celta de Samhain. Y, como soy una fanática de los celtas, he decidido que no estaría mal hacer un ciclo de artículos sobre los cuatro festivales celtas de importancia. Y en este caso, dada la fecha, voy a hablar de Imbolc, el festival celta dedicado a la diosa del fuego Brighid.




Del mismo modo que Samhain cae entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre, la fecha en la que se celebra Imbolc es entre el 31 de enero y el 1 de febrero. Se piensa que esta fecha era importante para los celtas desde la época del Neolítico, y aparece mencionada en bastantes ocasiones en la mitología celta. Aún hoy día se siguen guardando algunas costumbres, relacionándolas con la fiesta de Santa Brígida, algo de lo que hablaremos más tarde, porque no es cuestión de ir adelantando acontecimientos.

Para empezar, podemos decir que Imbolc proviene de una expresión celta concerniente al vientre materno, en concreto el de las ovejas. Venía a ser una celebración de la llegada de la primavera, cuando comenzaba a observarse que los días comenzaban a alargarse. Durante la celebración se preparaban comidas especiales, y se fabricaban cruces de Brighid, cruces hechas de juncos que probablemente se derivaban de la cruz solar, de la que ya he hablado en un artículo anterior. Estas cruces se solían colgar en los establos y en las ventanas, donde permanecerían hasta el siguiente Imbolc, como señal de bienvenida a la diosa y para proteger a la casa de los rayos y el fuego.

Durante la víspera de Imbolc, se dejaba un poco de comida para Brighid, que se decía que bendecía las casas de aquellos que fueran virtuosos. Antes de acostarse, se apagaba el fuego de la chimenea y se rastrillaban las cenizas para que quedara una capa lisa, y se dejaban retales de tela fuera de la casa para que fueran bendecidos por la diosa. A la mañana siguiente, las gentes mirarían las cenizas en busca de una señal de que la diosa hubiera pasado por allí, y se meterían los trozos de tela dentro de la casa. Se pensaba que estos retales tenían poderes de curación y protección.

Otra tradición consistía en que las mujeres y las niñas hicieran una especie de muñeca con juncos para representar a Brighid, y la vistieran con trapos y retales. Esta muñeca, llamada Brídeóg, luego sería llevada por las niñas, vestidas de blanco como símbolo de pureza, en procesión de casa en casa por todo el pueblo, cantando un himno a Brighid. En las casas, las familias les darían comida o más objetos para la Brídeóg. Tras esto, se realizaba una cena en la que la muñeca ocupaba el lugar de honor, antes de que fuera acostada con canciones de cuna. Los chicos del pueblo pedirían permiso para entrar en la casa en la que se esto se celebrara y, tras presentar sus respetos a la muñeca, se dedicarían toda la noche a bailar con las chicas.

Imbolc también era una época de predicción del tiempo. Se decía que este era el día en que la bruja Cailleach, una divinidad del invierno con una fuerte relación con Brighid, salía a recoger leña para el resto del invierno. Si el invierno iba a ser largo, Cailleach haría que el día fuera soleado, para así poder recoger toda la leña que fuera a necesitar. Pero si Imbolc era un día desapacible, eso quería decir que Cailleach estaba dormida, y que el invierno no tardaría en llegar a su fin. Una de las formas que los celtas tenían de predecir el tiempo era observando las madrigueras de los animales, en una costumbre que a la larga ha dado lugar al afamado Día de la Marmota en Estados Unidos.

También era común que se acercaran a los pozos sagrados, al igual que en otros dos festivales celtas, Beltane y Lughnasadh. Aquí, rezarían por una buena salud y dejarían una ofrenda en forma de moneda o de tira de tela.

Muchas de las costumbres de Imbolc han sobrevivido hasta el día de hoy, de alguna manera u otra, sobre todo gracias a dos coincidencias. La primera de ellas, y quizás la más importante, es la existencia de una Santa Brígida de Kildare, aquí más conocida como Santa Brígida de Irlanda, cuya festividad se celebra justo el 1 de febrero. Aunque la discusión sobre la existencia real de Santa Brígida ha dejado más o menos el acuerdo de que la mujer fue real, muchos piensan que esta santa fue fusionada con la figura de la diosa Brighid, de forma que todas las tradiciones del festival celta se pasaron “limpiamente” a la cultura cristiana sin mucho arqueo de ceja.

La segunda de ellas es que el día siguiente, el 2 de febrero, es la celebración de la Presentación de Jesús al Templo, lo que los ingleses llaman Candlemas. Por si alguien pregunta por esta elección de nombre, Candlemas o Candle Mass hace referencia a la costumbre que había de que ese día fuera el que se bendijeran los cirios que se iban a usar durante todo el año, algo que se sigue haciendo todavía. Volviendo a lo nuestro, la coincidencia de fechas en este caso es meramente casual: el 2 de febrero es 40 días después de Navidad, y el cálculo se hace así según la ley inscrita en el Levítico de que una mujer se debía presentar en el templo 40 días después de dar a luz para ser purificada. No es que haya significado realmente la permanencia de las costumbres celtas, dado que eso recae en Santa Brígida, pero siendo una fiesta cercana dedicada originalmente a la luz es fácil que haya ayudado a su adaptación. Pero, por otro lado, muchos dichos de origen celta, al pasar a ser traducidos al inglés, han convertido Imbolc en Candlemas.

A día de hoy, la fiesta es observada por neo-paganos, wiccanos y reconstruccionistas celtas, siguiendo en mayor o menor medida los antiguos ritos. Os podéis imaginar que estos últimos son los que procuran hacerlo lo más cercano al festival histórico que les es posible.

No estoy segura de si, al igual que hoy en día el Samaín gallego coincide con el antiguo Samhain celta (o Halloween si preferís llamarlo así), existe un festival aquí en España que coincida con Imbolc. Desde este blog me gustaría agradecer a cualquiera que quiera dar su granito de sabiduría para ayudar a aumentar nuestro conocimiento sobre este tipo de cosas antiguas.

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