miércoles, 25 de mayo de 2016

De pescados, avellanas y tocapelotas


Vuelvo en este día del Orgullo Friki, Día de la Toalla y Glorioso 25 de Mayo, para seguir con mi tradición, si es que se le puede llamar así, de escribir un artículo de mitología para celebrarlo. Tras la habitual consulta con mis posibles lectores en el caralibro y la ya también habitual consulta a los “dados del destino”, hoy me toca hablar de mitología celta. Aunque supongo que mis lectores esperarán que lo dedique a alguno de ciertos dos famosos héroes que se han hecho populares con ciertas series de anime basadas en videojuegos y novelas ligeras, prefiero tratar de un tema un tanto más oscuro: el Pozo de la Sabiduría.


También conocido como el Pozo del Conocimiento, era un pozo sagrado rodeado por nueve avellanos, conocidos por los celtas como árboles de la sabiduría. Estos avellanos florecían y daban fruto solo durante una época del año, y las avellanas carmesíes que caían al estanque eran comidas por unos salmones sagrados, conocidos como los Salmones del Conocimiento. Se decía que aquel que comiera las avellanas, bebiera del agua cuando había avellanas en ella, o se alimentara de los salmones, conseguiría todos los conocimientos del mundo. Por supuesto, el acceso a este pozo estaba prohibidísimo. Los únicos que podían acercarse eran el dios Nechtan, un aspecto del dios celta de la sabiduría Dagda, y sus coperos. Y, como os podréis figurar a estas alturas de la feria, alguien se saltó esta prohibición.

Río Boyne a su paso por el castillo de Dunmoe
En concreto, la transgresora fue la esposa de Nechtan/Dagda, Boann. Llevada por la curiosidad que siempre se nos achaca a las mujeres, se saltó la norma impuesta y se acercó al pozo. Pero según hacía esto, el agua dentro del pozo comenzó a subir hasta desbordarlo, creando una riada que alejara a la diosa. Boann consiguió escapar del agua, pero esta ya no pudo volver jamás al pozo, creando el río Boyne. Los salmones que habían quedado atrapados fuera del pozo nadaron por sus aguas en busca de las avellanas perdidas. A pesar de ello, la fama de este río hizo que poetas y filósofos buscaran este pozo para adquirir el conocimiento y la inspiración que supuestamente concedería.

La historia del pozo que se desborda para crear un río es de hecho una especie de cliché dentro de la mitología celta. La creación del río Shannon se debe también a que una diosa (en este caso, Sinann, una nieta del dios del mar Ler) se acercó a uno de estos pozos prohibidos. Otros ríos con orígenes similares dentro de la mitología celta son el Nore, el Barrow y el Slaney. Cualquiera diría que después de las dos primeras, el resto habría aprendido la lección y se habrían mantenido lejos de los pozos de las narices.

El pozo, o más bien uno de sus habitantes, aparece de nuevo en una de los más conocidos ciclos de la mitología celta, el de Fionn mac Cumhail y los Fianna Eirinn. En concreto, se trataba de un Salmón del Conocimiento que habitaba en una charca conocida como la charca de Fec. El salmón había resistido su captura durante todo ese tiempo, y se había profetizado que solo una persona llamada “Finn” tendría éxito en hacerse con todo el conocimiento de dicho salmón. Un poeta, sabio y adivino de nombre Finn Eces (o Finnegas, dependiendo de quién te lo diga y quién lo traduzca) había tomado la decisión de ser él el que obtuviera dicho conocimiento y había estado durante siete años intentando pescar el dichoso salmón, con un resultado bastante deplorable, como os podéis imaginar. En esas estaba cuando un joven de nombre Deimne se encontró con él en su vagar. El padre de Deimne había muerto en una batalla entre dos clanes rivales antes de que este naciera, y su madre lo había escondido en las montañas por temor a represalias. Sí, la temática es antigua y repetida, dejémoslo en eso. El caso es que Finn el poeta decidió tomar a Deimne como sirviente.

Fionn mac Cumhail, por Stephen Reid
No mucho después, el poeta logró por fin atrapar al dichoso pescado, y se lo entregó a su sirviente para que lo cocinara, advirtiéndole bien claro que no debía probar una sola parte del pescado. Deimne comenzó su tarea, pero cuando estaba cocinando el salmón, se quemó un dedo al tocarlo, y se lo llevó a la boca para chuparlo y aliviar el dolor. Cuando apareció con el pescado cocinado, Finn vio que en los ojos del chico había una luz de conocimiento que nunca antes había estado allí. Le preguntó si había comido alguna parte del salmón, y el muchacho contestó con toda la sinceridad del mundo, diciéndole lo que había ocurrido. Mosqueado, el poeta le preguntó si tenía otro nombre por el que fuera conocido, a lo que el muchacho respondió que tenía otro nombre: Fionn. Ante esta contestación, el poeta le dijo que se comiera él el salmón, ya que estaba claro de que era él aquel del que hablaba la leyenda. Fionn se comió el salmón, pero no se sentía diferente de antes, ni más sabio. Pero Finn le señaló que el conocimiento había quedado allí donde había tenido la quemadura, y que se llevara el dedo a la boca tal y como la había hecho cuando se había quemado. Al hacerlo, Fionn adquirió todo el conocimiento del mundo. Así, cuando se llevaba el dedo a la boca, se volvía poseedor de una inmensa sabiduría.

Fionn se convertiría en el líder de los Fianna Eirinn, uniendo el clan de su padre con el clan que había sido su rival, y logrando junto con sus compañeros grandes hazañas.

Claro que eso me lleva a preguntarme por qué no hizo uso del conocimiento y sabiduría adquiridos cuando uno de sus compañeros fue a consultarle cierto asunto antes de su boda. Un asunto concerniente sobre una prometida que acaba de ponerle un geis al colega del prometido. Tal vez así habría sido capaz de juntar dos más dos, habría conseguido darle un consejo bastante más apropiado a dicho compañero, y no habría causado la gigantesca concatenación de eventos que acabó con su muerte y la de la inmensa mayoría de los Fianna. ¿Para qué demonios sirve todo el conocimiento del mundo si no lo usas, cacho pedazo de trozo de corteza de alcornoque? Pero eso es de un tema del que mejor hablo en otro artículo, si es que a alguien le apetece verme en modo rage por temas mitológicos.

El pozo y el salmón no son especialmente populares, más allá de su unión con el ciclo de Fionn mac Cumhail. El Pozo del Conocimiento es el tema de una canción del músico y compositor galés Karl Jenkins, llamada Connla’s Well. En cuanto al Salmón del Conocimiento, es el símbolo del Instituto de Tecnología Sligo, una universidad tecnológica fundada en 1970 en Irlanda, en la ciudad de Sligo. También es la base de un monumento creado para celebrar la vuelta de los salmones al río Lagann.

Hay fuertes paralelismos entre estos mitos y los de otras mitologías, como los pozos que alimentan las raíces del Yggdrasil, o la leyenda galesa de cómo Taliesin adquirió sus conocimientos, o incluso esa parte del Génesis en las que se habla del Árbol del Conocimiento. Aunque también hay diferencias suficientes con estos otros mitos como para pensar en algo más que coincidencias. Pero en cierta manera es divertido ver como personas separadas por kilómetros acaban pensando en cosas similares. Sería más divertido si lo que abundara fuera un poco más el conocimiento. Al que se le ocurrió lo de los árboles del conocimiento prohibidos me gustaría darle una manita de tobas.

En cualquier caso, si tenéis interés en que cuente alguna otra historia, de esta o de cualquier otra mitología, se agradecerá el comentario. ¡Puede que la próxima vez sí que me de por hablar de ciertos dos “lanceros”! XD

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