Durante mi
retiro espiritual escritor anual, que implica que escriba hasta 50.000 palabras
en un mes, mi buen amigo Sparky compartió en su twitter un mensaje gracias al
cual, después de más de un año, puedo sacar un nuevo capítulo de Gilimemeces Interneteras.
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Me río por no llorar... |
La
imagen del día es esta:
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Imagen cedida por Sparky. Gracias, jefe. |
Solo
comentaré que lo de la contaminación viene a raíz de las medidas tomadas por el
ayuntamiento de Madrid por la contaminación excesiva. No entraré a discutir en
este tema, porque mi posición al respecto seguramente logrará que me lleve un
ladrillazo por parte de alguien, y no me apetece. No, lo que nos interesa de
este “maravilloso” comentario es su certeza en que estamos siendo fumigados.
Veréis,
no es la primera vez que me encuentro con este tipo de declaraciones. Esta
imagen que dejo abajo es de hace ya unos cuantos años, cuando me tropecé por
primera vez con este tema.
Lo
que estáis viendo aquí es una de las muchas imágenes que encontraréis sobre los
“chemtrails”.
Y
qué son los chemtrails, preguntaréis. La explicación es larga y comienza con un
término aeronáutico: las estelas de condensación o condensation trails, más
habitualmente conocidos como “contrails”. Para que sepáis lo que son, si alguna
vez veis pasar un avión por el cielo y este deja una estela blanca tras de sí,
esa estela blanca es un contrail. Estos contrails pueden formarse por dos
razones distintas: bien por un exceso de agua en los motores de un avión, o
bien por los vórtices de aire creados por las alas de los aviones. En el caso
de los motores del avión, el agua es uno de los dos elementos resultantes de la
combustión del fuel del avión, y puede darse el caso de que el agua quede
atrapada en irregularidades, formando gotas. Estas gotas, debido a las bajas
temperaturas en el exterior del avión, se convierten en los cristales de hielo
que dan lugar a la formación del contrail. En el caso de los vórtices de aire,
esto se debe a que, para que un avión vuele, crea una diferencia de presión
entre el aire que pasa por encima del ala y el que pasa por debajo. En ciertos
puntos del ala, esta diferencia de presión crea vórtices de aire que pueden
permanecer durante bastante tiempo una vez pasado el aeroplano. Estos vórtices
son algo estudiado ampliamente porque no es la primera vez que uno ha causado
un accidente. La diferencia de presión del aire que pasa por las alas puede
condensar el agua, y los vórtices hacen que los cristales de hielo se
concentren en un punto, creando la estela.
¿Me
seguís todavía? Bien, porque ahora empieza la diversión.
La
teoría de los chemtrails es que algunas de esas estelas en realidad no son
contrails, sino estelas causadas por el vertido de sustancias químicas
venenosas en la atmósfera, con fines desconocidos pero que sin duda son
supermalignos. Las acusaciones van desde testeo de nuevas armas hasta control
poblacional o del clima. Según la wiki inglesa, las sustancias más nombradas en
esta teoría son sales de aluminio, bario, fibras de polímero, torio o carburo
de silicio, aunque por supuesto están todos esos maravillosos herbicidas e
insecticidas cancerígenos prohibidos a muerte por la Unión Europea. Para probar
sus teorías, enseñan fotos como la de arriba, con aviones en los que hay
enormes depósitos que, según estas personas, están llenos de las sustancias que
luego rocían sobre nosotros. ¿Y de qué forma se puede distinguir un chemtrail
de un contrail? Pues porque, según dicen, los chemtrails duran más tiempo y se
acaban disolviendo visiblemente en el aire.
Sinceramente
no sé ni por donde empezar con toda esta mierda.
Empecemos
por los motivos, entonces. La base es que los gobiernos mundiales se han puesto
todos de acuerdo para rociarnos con materiales venenosos. Lo primero que se me
pasa por la cabeza es que, teniendo en cuenta que rara vez cinco países logran
ponerse de acuerdo para hacer algo sin que alguien se salga de madre,
difícilmente veo a todos los gobiernos de la ONU poniéndose de acuerdo para que
jodan a su país porque van a joder a los demás. Pero no es ya solo eso, sino
que es joder por joder. Para empezar, cualquier país que pruebe sus armas
contra su propia población tiene al gobierno más IMBÉCIL de la historia. Ni los
estadounidenses son tan gilipollas. En cuanto al control poblacional, alguien
debería avisar a estos caballeros de que a los gobiernos ahora mismo les
interesa que nazcan niños, porque la población está envejeciendo, y van camino
de tener que financiar a un montón de ancianitos. Por no hablar de que las
políticas de control poblacional suelen acabar mal, o peor. Si no, id a
investigar la política del hijo único en China, y lo que les ha acabado
costando. ¿Y el control del clima? Si ni siquiera los científicos pueden
explicar con certeza los efectos de El Niño, La Niña y El Niño Modoki, ¿de
verdad pensáis que un chorro de químicos va a lograr algo? No, ¿verdad? Pues
hale, sigamos.
Respecto
a la distinción de un chemtrail y un contrail, comentaremos lo siguiente. La
primera cosa que comentaremos es que existen los “contrails persistentes”.
Dependiendo de la temperatura, humedad, y otros factores de la atmósfera, el
contrail puede durar en el tiempo más de lo normal, dispersarse más lentamente,
e incluso formar finas capas de nubes. Por eso un día en una zona es posible
ver un contrail que dure unos segundos, y al día siguiente ver otro que en el
plazo de media hora se convierta en una pequeña nube. No soy lo que se dice una
especialista en química o en física, pero estoy segura que lo que “fumigue” un
avión a 10.000 pies
de altitud no va a caer encima tuya, porque solo con las corrientes de aire que
el propio avión causa, podría pasar cualquier cosa con los trocitos de hielo.
Podría preguntarle a mi informante particular ingeniero aeronáutico, pero si no
se ríe de mí en mi cara es porque es un santo varón que quiere mucho a su
hermanita pequeña.
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Los colores los produce la luz al refractarse en los cristales de hielo. |
Y
hablando de ingeniería aeronáutica, vamos con esa bonita foto de los bidones en
un avión de pasajeros. La foto da a entender que los bidones están llenos de
sustancias químicas venenosísimas que nos van a matar o algo del palo. El
problema es que esa foto no es de una “fumigación”. Es una foto pública
correspondiente a la prueba de un avión recién salido de fábrica. Para
comprobar que el avión funciona correctamente, lo hacen volar con el peso que
se supone que tendrá una vez empiecen a subir pasajeros. Como obviamente no van
a arriesgar las vidas de personas inocentes, para imitar el peso de los
pasajeros cargan la cabina con BIDONES DE AGUA. Pero claro, podréis decir que
esto es una maniobra de distracción… El problema es que los que decís eso no
tenéis ni idea de la estructura de un avión de pasajeros. Vamos a dejarlo en
una forma simple. ¿Veis la foto de al lado de un avión de pasajeros dejando un
contrail? ¿Veis que la zona donde se crea la línea es en la zona de las alas y
de la cola? Bien, pues en las alas y en la cola lo que hay son
PARTES DEL SISTEMA DE CONTROL DEL AVIÓN. En los bordes de las alas están los
cables y sistemas hidráulicos que controlan los flaps y todas las cosas
necesarias para un ATERRIZAJE Y DESPEGUE SEGURO, además de todos los sensores
de nivel de fuel, porque da la puñetera casualidad de que los tanques de fuel
del avión están en LAS ALAS y que el fuel dentro de las alas esté equilibrado
es importante no, lo siguiente (si hay un desarreglo, el avión podría virar e
irse al suelo). La cola es aún peor: es el timón de dirección. Y si queréis ver
lo que le pasa a un avión sin timón de dirección, aquí tenéis un documental de un avión japonés que se fue a la mierda porque perdió la cola. ¿De verdad creéis
que van a poner en peligro dos de las PARTES VITALES de un avión para fumigar a
gente?
Lo
que se suele usar para fumigación aérea (una práctica muy, muy regulada porque
hay muchas dudas sobre el efecto que tiene en las personas, plantas y animales)
son avionetas de ala fija como la M-18 Dromader o la Air Tractor. Si veis una
foto de la M-18 Dromader, un avión que también se usa para la extinción de
incendios, veréis que el depósito para los químicos/agua está en el cuerpo del
avión. Para poder fumigar necesita de un aparato que se coloca a lo largo de
las alas para que los químicos se apliquen de forma regular. Normalmente, para
fumigar, el avión se pega mucho al suelo para hacerlo de la forma correcta
porque, veréis, el aire se lleva las partículas dispersas. Son avionetas
que se fabrican para este uso exclusivo y están preparadas para ello. Un avión
de pasajeros NO lo está. Y si se intentara usar para algo como esto,
probablemente el avión de pasajeros se estamparía contra el suelo.
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M-18 Dromader. ESTO es un avión fumigador. |
Ahora
vayamos a las sustancias que la gente dice que sirven para envenenarnos.
Empecemos con el aluminio. Aunque es cierto que existe una cierta toxicidad,
para que el aluminio empiece a afectar al ser humano este tiene que INGERIR (no
respirar, ingerir) 40 mg/día por kilo de masa corporal. En cuestiones
respiratorias, el límite de polvo de aluminio que podemos respirar sin correr
riesgos es de 5mg/m3, algo que probablemente esté controlado por
todas las puñeteras estaciones de medición de polución del mundo. Y que además, de echarse
a la atmósfera a 10.000
pies de altitud, probablemente se disperse por todo el
aire de tal forma que, cuando quiera llegar al suelo, la concentración será
casi risible. Teniendo en cuenta que sus compuestos suelen ser inflamables y ligeramente explosivos,
tampoco es que sea algo que fuera a pasar desapercibido. En cuanto a los efectos
en las plantas, es cierto que aumenta la acidez del suelo, provocando la muerte
de las plantas… salvo que uses trigo, que está tan adecuado a esos compuestos
que incluso podría usarse para limpiar el suelo de aluminio.
Vayamos
ahora con el bario. Para empezar, el bario es muy reactivo, por lo que no lo
vais a encontrar puro. Los compuestos solubles en agua del bario son, os lo
garantizo ya, venenosos que te pasas. Con una cierta cantidad afectan al
sistema nervioso, causando arritmias, temblores, ansiedad y parálisis… pero da
la casualidad de que estos compuestos, a pesar de ser venenosos, no se acumulan
en el cuerpo ni tampoco son cancerígenos, por lo que, si no te matan en el
momento, no te hacen absolutamente nada. Pero nada de nada. Y luego están los
compuestos no solubles que lo más que pueden causar cuando son respirados es
una aflición llamada baritosis. Es necesario estar expuesto constantemente al
preparado de bario, es fácilmente detectable en una radiografía, y solo hay que
alejarse de la fuente que causa la exposición para que el bario desaparezca. El
problema del bario es que es altamente inflamable, así que el mismo contacto
con el aire puede hacer que arda. Solo por eso, debería quedar claro que no, no
nos están rociando con bario, y si lo están haciendo son gilipollas por
gastarse una pasta en esa tontería.
Sigamos
con las fibras de polímero. Para empezar, vamos a definir lo que es un
polímero: una molécula, o una macromolécula, con subunidades repetidas. Hay
polímeros artificiales, como muchos plásticos, y naturales, como el ADN y las
proteínas (¿os acabo de matar con esto?). El que un polímero sea venenoso o no
depende mucho de los componentes de la dichosa molécula, con lo que habría que
especificar de qué polímero estamos hablando. En el momento en el que
usas algo tan general como esto demuestra que no tienes ni flauta de lo que
estás diciendo. Sobre todo porque comemos fibras de polímero todos los días.
Incluso si sois veganos. ¿Y ahora qué?
Ahora
vayamos con el torio. El torio es un material radioactivo un tanto complicado
de extraer, que suele usarse como fuel para conseguir energía nuclear, y para
las dataciones radiométricas. Otros usos se han desechado por preocupaciones
por la radioactividad de los productos en los que se acaba descomponiendo el
torio. Y ahora, os voy a dar un dato divertido. Todos, cada uno de nosotros,
tenemos un poco de torio en nuestros cuerpos. Unos 100 microgramos. Un dato aún
más divertido: en caso de que ingiriéramos torio, nuestro cuerpo eliminaría el
99,98% del mismo. Por supuesto, el torio en el aire es un material peligroso
debido a la ya mencionada radioactividad y a su tendencia, igual que el
aluminio y el bario, a prenderse fuego con solo mirarlo. Sin embargo, los
compuestos del torio son no solubles, por lo que el riesgo de envenenarse es
muy, muy bajo, y lo más que puede provocar en exposición directa es una
dermatitis. Así que el problema sería aquello en lo que acaba mutando el torio
cuando se usa como material radioactivo. Seguro que algún loco con un medidor
geiger se llevará una desagradable sorpresa si intenta averiguar si nos fumigan
con torio.
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Y así es cómo se fumiga. |
Y
por último, pasamos al carburo de silicio, un compuesto químico consistente en
un átomo de silicio y un átomo de carbono. En su forma natural, se extrae de
una piedra llamada moissanita, pero puede conseguirse de forma sintética. El
carburo de silicio es lo que se usa para los frenos de los coches, y también
para los chalecos antibalas, y se utiliza en la electrónica como semiconductor.
Y eso son solo tres de los ejemplos de para qué se usa este compuesto que
básicamente está en la vida de todos nosotros de una forma u otra. En cuanto a
la toxicidad… Cero. Nada. Es decir, nos pueden tirar todo el carburo de silicio
que les de la real gana que, a menos que lo tiren en forma de piedras, no nos
va a matar en absoluto.
En
cuanto a los herbicidas e insecticidas prohibidos, os puedo señalar dónde se
están usando exactamente: en países de Sudamérica como Argentina, donde la
legislación sigue permitiendo su uso. Dado que es probable que les salga más
barato que otros métodos seguros, los agricultores de estos países los usan sin
darse cuenta, probablemente por ignorancia, que están usando sustancias que
ponen en peligro sus vidas y las de sus conciudadanos. Pero, ¿para qué le vas a
vender una sustancia ilegal a alguien y meterte en problemas, cuando puedes
venderla legalmente y forrarte? Obviamente sale mucho más rentable hacerlo de
la manera legal, y total, estos gobiernos sí que miran para otro lado.
No
voy a decir que no se han usado herbicidas en la guerra. De hecho, en Vietnam,
los estadounidenses usaron herbicidas para intentar matar las plantas y así eliminar los cultivos de sus
enemigos. Pero el detalle está en eso, en que querían matar las plantas. Me
gustaría señalaros, por cierto, que el experimento fue un fracaso total, por lo
que, que yo sepa, nadie ha intentado repetirlo. Y si lo hace, no le está
saliendo muy bien. Es probable que soltar un chorro de napalm sea mucho mejor y
más efectivo en este caso.
Y
una vez dicho esto, me gustaría señalar que se ha intentado probar esta teoría
en muchas ocasiones. La mayoría de ellas se ha descubierto que los datos que se
usaban para probarla habían sido falseados por el individuo. Si os preocupan
esas líneas en el cielo, tal vez deberían interesaros más los estudios sobre
como los contrails afectan a la temperatura de las zonas en las que tienen
lugar, hechos que se están estudiando en este momento y que son objeto de un
análisis mucho más sensato. Porque, veréis, no creo que nadie, ni pilotos, ni
controladores aéreos, ni personal de tierra, ni los tíos del Ministerio de
Fomento con la carrera de ingeniero aeronáutico, estarían de acuerdo en que
alguien envenenara a sus seres queridos.
Así que recordad, chicos, aplicad
un poco de lógica y encontraréis los problemas de los que debéis preocuparos
realmente, en lugar de creeros las milongas que os cuentan unos cuantos tíos
con ansias de convertir al mundo en su enemigo.
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