lunes, 25 de mayo de 2015

No queréis meteros con estas tías



 
Tal y como hice el año pasado, con motivo del Día del Orgullo Friki (Día de la Toalla y Glorioso 25 de Mayo) he planteado a mis (poquitos) lectores qué es lo que querían que escribiera, siempre dentro de mi especialidad, la mitología. Tras la supuestamente sacrosanta decisión de los dados, paso a hablaros de esas extrañas individuas que eran las Amazonas.

Empecemos por lo que todo el mundo conoce: las Amazonas eran un pueblo de mujeres guerreras. El mito más habitual era que las Amazonas no tenían relaciones sexuales con hombres, salvo por una vez al año en el que hacían una visita a los gargarios para evitar la extinción de su pueblo. Si de esa relación nacía un niño, lo mataban, aunque algunos mitos cuentan que los abandonaban a sus suerte en la naturaleza o los entregaban de vuelta a sus padres. Si nacía una niña, esta era educada en la agricultura, la ganadería y la guerra. Otras versiones cuentan que las Amazonas capturaban prisioneros de guerra a los que convertían en sus esclavos, con los que tenían relaciones sexuales una o dos veces al año.

El origen de la palabra que da nombre a este pueblo de malas burras no está muy claro. Algunos saltarán con que se refiere al hecho de que se cortaban o quemaban un pecho, pero se ha descubierto que esta versión es más bien posterior a las propias Amazonas, y que no tiene mucho de factible, ya que siempre están representadas con los dos pechos. Una de las teorías indica que el nombre podría tener origen iraní y derivar de la palabra ha-mazan, que significa "guerreros". Sin embargo, un estudioso especializado en los hititas, Friedrich Cornelius, considera la posibilidad de que se tratara de los azzi, tanto por la etimología (am azzi viene a ser "mujer de Azzi") como por el hecho de que se trataba de un matriarcado.

Se decía que las Amazonas habitaban en la zona norte de la península de Anatolia, en la costa sur del Ponto Euxino, lo que nosotros conocemos como el Mar Negro. Se decía que en tiempos ancestrales había vivido en Escitia (la actual Crimea), y que habían fundado numerosos pueblos, como Esmirna o Éfeso. Finalmente se instalaron en las orillas del río Terme, que los griegos conocían como Thermodon, en la ciudad de Temiscira, ahora la ciudad turca de Terme.

Las Amazonas forman parte de un buen número de leyendas, algunas de ellas con una cierta importancia. Por ejemplo, cuando el rey Yobate intentó seguir la petición de su yerno Preto de matar a Belerofonte (que es el jinete del Pegaso, a diferencia de lo que os quieran hacer pensar los estadounidenses) le hizo enfrentarse a diferentes peligros, entre ellos el ejército de las Amazonas. Como el mito de Belerofonte tiene muchas otras cosas, dejémoslo en que el simpático muchacho se las arregló para darlas una paliza.

Antes de que sigamos y alguien se empiece a preguntar por qué les tenían tanto miedo los griegos, permitidme mencionar que varias de sus reinas eran conocidas por sus exitosas campañas militares. La reina Mirina, por ejemplo, venció a los gorgones y capturó Libia, y solo conoció la derrota al enfrentarse a Mopso (uno de los dos adivinos de los Argonautas) y Sipilo. Vamos, que para pararlas tenías que tener nombre y barra de vida larga.

Dicho esto, las dos historias más conocidas en las que se puede encontrar a las Amazonas son dos: las doce pruebas de Heracles, y en la guerra de Troya.

Todos sabemos que Heracles/Hércules era hijo de Zeus y Alcmene, y que Hera le tenía tirria y hacía todo lo que podía para putearle. Una de las putadas que le hizo fue la siguiente: la Fortuna había decidido que hubiera un lazo de unión entre Heracles y Euristeo antes de que estos nacieran. Ese lazo indicaba que el que naciera antes de los dos gobernaría sobre el segundo. Al enterarse Hera de esto, y odiando a la pobre Alcmene por algo que estaba más allá de su control, adelantó en dos meses el nacimiento de Euristeo. Una vez los dos crecieron, Euristeo, oyendo los relatos de las hazañas de Heracles, le ordenó que acudiera a la corte. El problema es que Euristeo era un tirano de primera magnitud y le ordenó a Heracles las dichosas doce pruebas de las que hemos oído hablar.

Fragmento de la Amazonomaquia, procedente del Mausoleo de Halicarnaso
Una de esas tareas consistía en derrotar a las Amazonas y llevarle a Euristeo el cinturón de su reina, Hipólita. Para poder hacer frente a estas guerreras, Heracles recabó la ayuda de Teseo. La versión más popular de este mito cuenta que Hipólita se reunió con Heracles y admirada por este, aceptó darle el cinturón sin más pelea, pero que Hera, disfrazada como una Amazona, extendió un rumor de que los hombres pensaban secuestrar a la reina y las mujeres, obviamente mosqueadas, atacaron el barco. Durante la batalla, Heracles dio muerte a Hipólita y Teseo secuestró a su hermana Antíope.

¿He dicho alguna vez que Hera me cae fatal? ¿No? Pues ahora lo digo.

En cuanto a Antíope, se enamoró de Teseo y se casó con él (¡toma síndrome de Estocolmo!), pero las Amazonas atacaron Atenas para recuperar a su princesa y el cinturón de su reina. Durante la batalla, una amazona llamada Molpadia disparó por error a Antíope, matándola. Teseo acabó con ella y su ejército acabó por rechazar a las invasoras en lo que se conoce como la Guerra de Ática.

Otra versiones varían, por supuesto, como aquella en la que la Guerra de Ática comienza porque el pichabraba de Teseo deja tirada a Antíope (no era la primera) para casarse con Fedra, y la amazona, pelín mosqueada, hizo que los ejércitos de sus hermanas atacaran el día de la boda. Sin embargo, la desdichada murió a manos del propio Teseo, al que no le importó mucho que estuviera embarazada. Sí, Teseo tampoco me cae bien precisamente.

Hay una última versión que básicamente cambia a Antíope por Hipólita. Por lo demás, acaba igual de mal que todas las demás.

Las amazonas vuelven a surgir de la mano de la reina Pentesilea, supuesta hermana de Hipólita y Antíope. Supuesta porque entre la "muerte" de Heracles (muy posterior a toda la mierda cortesía de Teseo) y la guerra de Troya transcurren unos treinta años. Pentesilea había combatido contra los frigios, a los que en aquel entonces había estado ayudando Príamo. Así que podéis imaginaros la sorpresa del Rey de Troya cuando la reina se puso de su lado contra los aqueos. La leyenda cuenta que Pentesilea había matado a su hermana Hipólita en un accidente de caza (lo que me hace pensar que era otra Hipólita distinta a la del mito del que habíamos hablado antes) y se sentía tan culpable que deseaba morir, pero solo podía hacerlo en combate honorable, por lo que se unió a la guerra. Llegó justo en el momento en que se retomaba la batalla después de los funerales por Hector.

Muerte de Pentesilea a manos de Aquiles
Pentesilea se enfrentó a Ayax el Mayor (un tipo que me cae como una patada en el estómago por razones no relacionadas con lo que narro en este artículo), pero este la hizo de menos hasta que la buena mujer le pudo trincar, momento en el que Ayax le pidió ayuda a Aquiles (otro que me cae como una patada en el estómago). Aquiles solo necesitó un golpe en el pecho para derribarla. Cuando Pentesilea pidió clemencia, Aquiles la mató y se rió del cadáver hasta que le quitó el casco, momento en el cual le dio cargo de conciencia.

Tras esta historia, no hay mucha más mención a las amazonas, salvo al parecer un pequeño incidente en una isla en la desembocadura del Danubio en la que Tethis había llevado las cenizas de Aquiles y en la que las Amazonas desembarcaron. El espíritu de Aquiles se apareció ante ellas, espantó a los caballos que atropellaron a sus jinetes, y las invasoras tuvieron que poner los pies en polvorosa... Pero teniendo en cuenta que se supone que Odiseo/Ulises se había encontrado con el espíritu de Aquiles en el Hades, la cosa como que no cuadra mucho.

Durante la antigüedad, se pensó que las Amazonas habían sido un pueblo real, como indica por ejemplo un discurso de Julio César o ciertos escritos de Plinio el Viejo. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha llegado a la conclusión de que las Amazonas no existieron... no en el modo en el que las describían los griegos, al menos. Como ya hemos mencionado, están los azzi, pero además se piensa que hay otros pueblos en los que las mujeres participaban en la guerra junto a los hombres que podrían haber dado origen a la leyenda, como los sármatas o los escitas. También se baraja la posibilidad de que el granito de verdad en el mito proviniera de la Creta minoica.

Incluso después de tanto tiempo, las Amazonas siguen en cierta medida formando parte del mundo. El río Amazonas recibió su nombre porque en uno de sus afluentes, Francisco de Orellana dijo encontrarse con una tribu que era exactamente como las Amazonas. En Ucrania, una mujer de nombre Katerina Tarnovska ha formado un grupo de alrededor de unas 150 mujeres entrenadas para combatir con un arte marcial que ella misma ha creado, diciendo que las ucranianas son descendientes directas de las Amazonas. Y en Turquía, en la ciudad de Terme, la legendaria Temiscira, todos los años se celebra un festival para conmemorar a las Amazonas.

Eso sí, dudo que os encontréis con una tía morena con coronita y brazaletes vestida con un bañador con la bandera americana.

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