miércoles, 25 de mayo de 2022

La criatura nacida de una partida de "teléfono estropeado" antigua

 /*Sale de entre una montaña de papeles, libros y material de papelería, completa con cuernos y colmillos de hannya*/ Disculpad el aspecto y la ausencia durante todos estos meses. Como estaréis al tanto (o puede que no, nunca se sabe cómo interpretaréis mis maldiciones hacia cierto individuo), he estado todo este tiempo con los estudios y frustrada por uno de mis profesores. Sin embargo, este es el día señalado, el GLORIOSO 25 DE MAYO (a.k.a. Día de la Toalla, a.k.a. Día del Orgullo Friki), y por tanto salgo de mi cárcel para escribir mi artículo mensual. Que por una mayoría absoluta (cinco de ocho votos) ha resultado que sea sobre bichos mitológicos. Así que hoy voy a hablar de unicornios. Porque patata.


“¡Pero Yuko, todos sabemos lo que son los unicornios!”. Sí, hijos midos, sí, soy consciente de que todo el mundo en Occidente que no haya sido criado por una secta baptista/presbiteriana/evangelista ida de pinza sabe lo que es un unicornio. Están hasta en la puñetera sopa. Son prácticamente el símbolo de la fantasía en la actualidad. Y, por supuesto, todo sabemos lo de que les atraen las vírgenes y todas esas mierdas medievales. Pero si pensabais que eso era lo único que había con estos bichos, amigos míos, estáis MUY equivocados.

Porque si nos ponemos a escarbar en los orígenes del unicornio, de repente nos encontramos con la civilización del Valle del Indo, una de las culturas más antiguas de la humanidad (de donde viene esa copa de barro que un puñetero desgraciado rompe en un video para luego vender los trozos, casi causándome una embolia del cabreo que me pillé). Los arqueólogos encontraron una serie de sellos tallados en esteatita que mostraban una criatura con un solo cuerno. Esta criatura con cuerpo de bovino aparece con incensarios, por lo que se piensa que tenía un significado religioso.

Ha habido discusiones sobre la posibilidad de que se tratara de una criatura con dos cuernos, con uno de ellos tapado por el otro (que yo también lo pensé al principio, la verdad), pero hay pruebas de que esto no es así. Principalmente, otras imágenes de bovinos en los que sí están dibujados los dos cuernos, y la existencia de efigies de animales con un solo cuerno. Otra cosa que dicen los arqueólogos es que la relación de esta criatura con el unicornio que todos conocemos es dudosa en el mejor de los casos, pero es más que posible que tuviera una cierta influencia, teniendo en cuenta nuestro siguiente paso en esta aventura.

Porque ahora damos un salto de varios siglos y nos metemos en la Antigua Grecia, en donde encontramos al monoceros. En realidad, para los antiguos griegos, el monoceros no era una criatura mitológica como podría serlo el pegaso, sino una criatura natural que existía en la India. Aunque la primera mención del nombre “monoceros” aparece en la Historia Natural de Plinio el Viejo, animales con un solo cuerno ya habían sido descritos con anterioridad.

La primerísima primera mención de un animal así la tenemos por parte de Ctesias de Cnido en su libro Indika, compuesto en el siglo V a.C.. La cuestión es que Ctesias nunca estuvo en la India; era el médico personal de Atajerjes II de Persia, y toda la información la recibía de comerciantes persas que recorrían la Ruta de la Seda para llegar hasta China. Y vamos a ver, el libro es una mezcla de verdades y soberanas chorradas tal que tres siglos después los propios griegos se burlaban de él. Pero a toro pasado, es un escrito interesante en el aspecto de cómo esa información ha llegado incluso hasta nuestros días. Por ejemplo, este libro es donde encontramos la primera mención a la mantícora, descrita como una criatura de color rojo con cara de humano, tres filas de dientes y la cola de un escorpión, o a los pigmeos.

Pero volviendo a la criatura descrita por Ctesias, que según él era un burro con un cuerno en medio de la frente, otros escritores posteriores mencionaron a este animal. Aristóteles, por ejemplo, menciona a dos animales indios con un solo cuerno: el órix y el burro indio. Otros que mencionaron al dichoso “burro indio” fueron Antígono de Carystus y Estrabón, hasta que llegamos a Plinio el Viejo y su “fiera” criatura con la cabeza de un ciervo, los pies de un elefante, la cola de un jabalí y el cuerpo de un caballo, con un cuerno de color negro y casi un metro de longitud que le salía de la frente.

La cuestión está en que el monoceros era en realidad una TERCERA criatura, porque Plinio el Viejo recogía de nuevo al órix y mencionaba a un “buey” indio. ¿Es esto importante? Tal vez, y dentro de un rato veremos por qué. Antes debemos mencionar a Claudio Aureliano, un autor romano del siglo III d.C., que dice que los griegos a veces llamaban al monoceros con el nombre de “cartazonos”. ¿Y de dónde sale este nombre? Pues, al parecer, proviene de la palabra árabe “karkadann”.

Karkadann tiene dos significados. Uno de ellos es el nombre de una criatura mítica de un solo cuerno que, según los escritores persas que lo mencionan, era una criatura terriblemente fiera, pero que podía ser tranquilizada por doncellas vírgenes. Existían imágenes de esta criatura en Persia, que fueron observadas por los griegos, cimentando la creencia en este bicho.

¿Cuál es el segundo significado de la palabra? Rinoceronte.

Sí, todos habéis escuchado la historia de que los unicornios eran en realidad rinocerontes, pero seguramente no sabéis que se estaban refiriendo concretamente a los rinocerontes indios. De hecho, el buey indio del que habla Plinio el Viejo era con toda seguridad una de las dos especies de rinocerontes que existían en la India por aquel entonces, con el monoceros siendo la segunda. Una de esas especies era una subespecie del rinoceronte de Java que se extinguió a principios del siglo XX, mientras que la otra, el rinoceronte indio (Rhinoceros Unicornis, para que luego digáis que los biólogos no son una panda de cachondos mentales) está en una situación de vulnerabilidad. La diferencia que tienen estos rinocerontes con los africanos es que… bueno… tienen un solo cuerno. En la punta de la nariz, claro, pero eso no quería decir que alguien dijera “en la cara” y alguien tradujera “en la frente”. Porque las traducciones a veces son así.

Pero el unicornio que nosotros conocemos, el que lleva existiendo en nuestro imaginario desde la Edad Media, no depende solo del monoceros griego, no. También depende de una criatura mencionada en la Biblia. La palabra que se usa para referirse a dicha criatura es re’em. Re’em aparece un total de nueve veces en la Biblia, en distintas citas, y la traducción general puede ser… eh… extraña. Por ejemplo, en mi Biblia familiar lo traducen de tres maneras distintas: unicornio, toro y búfalo. También se traduce como buey salvaje o como rinoceronte, y el Rabbi Natan Slifkin dice que se refiere a los uros. Sin embargo, la referencia que el hebreo moderno acepta es… órix. Sí, el otro bicho con supuestamente un solo cuerno.

Así que cuando llegaron los monjes de la Edad Media y fusionaron todo este embolao de descripciones extrañas, citas bíblicas de difícil traducción y sus fantasías propias, de allí salió el caballo con un cuerno en medio de la frente con poderes milagrosos y preferencia por chicas jóvenes e inocentes que todos conocemos.

Supuesto alicornio
(Hago aquí un inciso para decir que la palabra “alicornio” existe desde mucho antes que My Little Pony, y es el nombre que recibe el cuerno de un unicornio. Por aquello de que no sois excesivamente originales, queridos míos.)

El unicornio se volvió, como es de esperarse, en un símbolo heráldico. Por ejemplo, en el escudo de armas de Gran Bretaña, una de las criaturas que sostiene el escudo es un unicornio. Al parecer, representa a Escocia, frente al león que representa a Inglaterra. Al parecer, la imagen proviene de que el escudo de armas de los reyes de Escocia era sostenido por dos unicornios, a los que se consideraba enemigos de los leones (tiene su aquel, teniendo en cuenta que el escudo de armas en sí es un león rampante de gules sobre un campo de oro). Pero el unicornio aparece en escudos heráldicos en Francia, Alemania, la República Checa y Lituania. También forma parte del escudo de armas de Nueva Escocia, por razones obvias.

“¿Cómo, Yuko? ¿No vas a mencionar a los Kirin?” Esa es la parte divertida, chicos, técnicamente los Kirin NO son unicornios. Aunque es cierto que en Japón suelen ser mostrados con un solo cuerno, están basados en el Qilin chino, que a su vez podía tener uno o dos cuernos, y más que un unicornio, es un animal quimérico. La palabra china para unicornio es Dújiǎoshòu (sí, con todas esas acentuaciones raras, no voy a ponerme a discutir sobre lo que hacen los chinos con las vocales). A pesar de todo, los paralelismos son importantes, y no sería de extrañar que ambas criaturas hubieran bebido de fuentes similares.

Este es tan buen momento como cualquier otro para dejar de hablar sobre el tema. Tal vez con un poco de suerte, cuando acabe los exámenes, tenga un poco de tiempo libre y pueda ponerme a escribir otra vez. Quiero decir, escribiendo este artículo he encontrado temas fascinantes que querría… /*se ve arrastrada súbitamente de vuelta a la pila de papeles gigante*/

/*Sale de nuevo con algo de dificultad*/

Lo dicho, que lo dejamos aquí. Nos veremos en la próxima ocasión, sea esta la que sea. Ya sabéis, dejad comentarios sobre si os ha gustado el artículo, queréis que hable de otra cosa, o si al menos queréis que de señales de vida. ¡Hasta la siguiente!

/*Es arrastrada de nuevo al interior del montón de papeles, y esta vez ya no sale*/

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